PUBLICIDAD
De lo que no sabía la opinión pública era de las también masivas movilizaciones que protagonizaba Nicolás Maduro, como la que vimos con motivo del cierre de campaña, que nos hizo recordar las de los tiempos del comandante Chávez.
Pues ahora resulta que quienes nos inducían a tan desacertadas conclusiones, que clamaban por el respeto al resultado que engañosamente nos hacían creer que obtendrían en las urnas, hoy desconocen dicho resultado. Incapaces de reconocer que el poder electoral real está es en Venezuela, sumaron a los votos que esperaban obtener allí los que creían poder recibir del exterior, sin contar con que esta diáspora carecía de requisitos electorales, merced a la forma atropellada en que tuvieron que salir del país, expulsados por las guarimbas, la carestía y los desabastecimientos provocados por la oposición, además de los intentos de magnicidio y golpes de Estado contra Chávez y Maduro, entre muchas otras acciones criminales que hoy los tienen padeciendo del desarraigo en tierras ajenas.
Advierto que si yo hubiera estado en la piel de algún venezolano y en aquel país estuvieran establecidas las dos vueltas electorales como en Colombia, en la primera no hubiera votado por Maduro, pues está burlando el derecho de los trabajadores al reconocimiento pleno de sus prestaciones sociales, está entregando a las transnacionales el petróleo y el gas del Arco del Orinoco, le ha montado una dirección paralela al partido Comunista por atreverse a cuestionar las anteriores políticas, en fin, por ese Maduro, en primera vuelta no hubiera votado.
Hubiera votado sí por el Maduro de la segunda vuelta, pues aún recuerdo las angustias de los venezolanos de antes del proceso chavista, en especial los más de dos mil que fueron asesinados en aquel caracazo de 1989 por demandar del gobierno de Carlos Andrés Pérez soluciones a las angustias de entonces, lo cual dio motivos para el respaldo posterior a Chávez y la Revolución Bolivariana.
A quienes desconocen estas decisiones electorales hay que decirles que sus inconsistencias atraerán nuevas sanciones imperiales, con las cuales el principal afectado no será Maduro ni su gobierno, sino el grueso de la población, mientras se benefician las Corinas y Corinos que están induciendo al error de creer que el origen del problema está en un mal gobierno y no en los problemas que ellos mismos le han sembrado para garantizarse un pronto retorno al palacio de Miraflores. Que ojalá no prosperen estos nuevos engaños.
Comentarios