Oposición hipócrita y respuesta popular

Rodrigo López Oviedo

A la oposición pareciera dolerle mucho el país y sus gentes, pues siempre que se levanta contra las iniciativas gubernamentales da la impresión de estarlo haciendo con su corazón puesto en el pecho de los más humildes, interpretando sus necesidades y comprometiéndose a evitar que se las agraven con semejantes planes.
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Para evidenciar tan plausible actitud, nunca le han faltado argumentos. Así, por ejemplo, cuando del salario se trata, siempre ha manifestado que sus incrementos deben ser mínimos, pues lo contrario merma la productividad, desestimula la inversión y profundiza el desempleo. Es decir, su posición no es esa porque a las oligarquías se les disminuyan las ganancias.

Cuando estuvo en contra de la reforma laboral fue porque no generaba empleo. No porque afectara las políticas de tercerización y de contratos basura.

A la reforma a la salud se opuso porque conculcaba el derecho de los usuarios a elegir al prestador de servicios y sobrecosteaba el sistema, lo que podría llevarlo al colapso. No porque afectara los intereses de los mercachifles de la salud.

En su oposición a la reforma tributaria, nada tuvieron que ver los artículos antievasión, antielusión y de refuerzo a la progresividad tarifaria que contenía el proyecto, sino el que pudiera causar la estampida de los inversionistas y un mayor desempleo.

Pues bien, ahora que esta oposición hipócrita evalúa la primera mitad del gobierno de Petro, se queja de que este no ha cumplido las promesas de campaña y que por ello la población está en el mismo desamparo de siempre; que esto es una prueba de la incompetencia de la izquierda y de lo poco que tiene para ofrecer a sus seguidores. Y lo dice con total cinismo, porque ¿a santo de qué no hacerlo?  ¿Acaso no tiene a los grandes medios reforzando sus mentiras y, al igual que ella, señalando con el dedo acusador al Gobierno por no haber hecho lo que ellos le impidieron que hiciera?

Esa actitud de la derecha debiera llevarnos al convencimiento de que no es suficiente con aplaudir lo que se ha logrado en estos dos años bajo el mandato de Petro, sin señalar a esa oposición como culpable de lo que no se ha hecho por no haber dejado gobernar. No de otra forma se puede recuperar el respaldo de los ayer fervientes amigos del proceso que hoy se encuentran en estado de incertidumbre. Sin tal respaldo y el de todo lo adicional que se pueda alcanzar es imposible garantizar la permanencia exitosa del progresismo en Casa de Nariño y una más favorable correlación de fuerzas en el Congreso. Esto requiere del mayor compromiso de todos.

 

Rodrigo López Oviedo

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