Pero digo de una vez, que soy una de las ciudadanas que apoyan tal contribución al desarrollo de la infraestructura física de nuestra capital. Percibo que los ingresos ordinarios del presupuesto municipal no dan para salir de la situación actual de nuestras vías, de la movilidad vehicular y por lo tanto no podemos seguir quejándonos y lamentándonos sobre estos temas.

Hay que apoyar una decisión radical sobre la valorización a sabiendas de que a la mayoría de los ciudadanos no nos gusta que el Estado nos obligue a invertir dinero, lo que resulta hasta impopular, en momentos de campaña electoral como la que se avecina, dadas nuestras concepciones.

Desde la alcaldía de Álvaro Ramírez no se ha recurrido a cobrar este tributo de valorización, pero se hace necesario recurrir a este tipo de gravamen sobre los inmuebles que resulten beneficiados con la construcción de las obras que seguramente ya tienen los estudios y diseños correspondientes.

Se trata de un medio de financiación de obras públicas que debe ser bien calculado, para que sea tan atrayente como para no caer en largas discusiones públicas entre los opositores. La Constitución Política, en su artículo 317, admite este gravamen y son suficientes las sentencias de la Corte Constitucional en las que se conceptualiza sobre la valorización.

Según la jurisprudencia, es un tributo, una contribución parafiscal que “se cobra de manera obligatoria a un grupo, gremio o colectividad cuyos intereses o necesidades se satisfacen con los recursos destinados” (Sentencia 040 de 1993).

Entonces queda la tarea a la Administración municipal y al Concejo de definir cuáles serían las obras y a cuánto ascienden los costos, cuáles los criterios que se va a establecer para definir las zonas de influencia de la valorización y las condiciones socioeconómicas de los propietarios de los bienes inmuebles que deben pagarla.

El alcalde Luis H. Rodríguez nos informa que, a través del gravamen de valorización, se pueden recaudar unos 250 mil millones “para construir avenidas nuevas y viaductos y recuperar malla vial de los barrios; es que el tema de la malla vial es angustioso por la falta de recursos”. Dice, además, que se requeriría de unos 400 mil millones para ejecutar las obras que se necesitan “y tan sólo contamos con 23 mil millones de pesos del empréstito, más unos 20 mil de recursos propios en cuatro años. Por eso seguimos insistiendo y seguimos trabajando en el tema de valorización”.

Entonces, señor Alcalde, siga desarrollando esta idea que tendrá el apoyo de muchos ciudadanos ibaguereños que sienten con dolor el estado de la infraestructura vial de nuestra capital.