Conozco el caso de una joven familia conformada por cuatro hermosos hijos, pero, hoy aparentemente, por culpa de la infidelidad, se desmorona y pierde el rumbo. De por medio hay actos de violencia intrafamiliar que están afectando a los hijos, precisamente en el fin de año, que incita a la alegría y unidad familiar.
En estos hechos, la violencia física y psicológica ha sido la invitada de honor; el maltrato diario vía electrónica hace parte del menú, sin importar la necesidad de dar tranquilidad y estabilidad a los menores de edad, que cuentan con edades trascendentales en su formación. Fácilmente, los hijos, pueden buscar como escape la droga, la prostitución o la huida de lo que fue el hogar.
No concibo, que una familia culta, boyante, con pequeños hijos, caiga en extremos de violencia, capaces de propinarse golpes, que podrían denominarse de primer grado y que fácilmente podrían terminar en una tragedia.
Es alarmante conocer las cifras que en términos de violencia intrafamiliar se viven en el país, solamente por los que han denunciado. Según Medicina Legal, en 2012, fueron 47 mil 390 las mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.
No se escapan los hombres, porque contra ellos, en el mismo año, fueron cinco mil 994 los agredidos.
En el título Sexto del Código Penal, se tipifican los delitos contra la familia, en su artículo 229: “El que maltrate física o psicológicamente a cualquier miembro de su núcleo familiar, incurrirá en prisión de cuatro a ocho años, incrementándose de la mitad a las 3 cuartas partes si la agredida es la mujer”.
El principal factor de violencia, es causado por la infidelidad, por la desconfianza, por la necesidad de dominar, controlar, que redunda en la afectación a la autoestima, falta de control sobre la ira, amenazas, rechazo, sometimiento, desconfianza, miedo, acoso, intimidación, epítetos vulgares, humillaciones, gritos, insultos, amenazas. Son hechos de la violencia psicológica que tipifica el Código Penal.
Me pregunto, por qué la separación no puede llevarse a cabo de la manera más civilizada, de común acuerdo, aceptando los errores y respondiendo desde el punto de vista económico por la familia que hoy se quebranta. Quizás, la separación no es lo mejor, por los efectos secundarios en los miembros de la familia, principalmente en los hijos.
Es lógico que por múltiples factores, el amor o el gusto se deteriore, porque lamentablemente en el amor, si no se ha dado el mejor trato en pareja, si no se ha entregado todo de sí en todos los aspectos, se es presa fácil y el viento puede llevar a otros rumbos.
Mi mensaje es el de la resolución pacífica de conflictos, la posibilidad de razonar antes de romper. ¿Por qué es tan difícil entregarse cada día, cada mañana, con el primer rayo del sol, las palabras más bellas, el beso más apasionado, las miradas más tiernas, las caricias más ardientes y el trato más amoroso?, sólo así, se podrá alejar la posibilidad de ir tras otros sueños.
Si definitivamente la llama se apagó y es más valiosa otra posibilidad de vida, en otros brazos, en otra cama, la invitación es a que con mucho respeto, se llegue a acuerdos que no perjudiquen a cuanto queda de familia.
Comentarios