El cuento de Gabriel García Márquez, titulado, “En este pueblo algo muy grave va a  pasar”, donde a partir del presentimiento de una madre, quien al momento del desayuno le expresa a sus dos hijos “que amaneció con el presentimiento de que algo muy grave va a suceder en este pueblo”, logrando que rápidamente se extienda de boca en boca el rumor, hasta el punto que el carnicero dobla la venta de la carne porque la gente se prepara para el mal que va a ocurrir,  el calor de siempre se convierte en un mal presagio, los pajaritos anuncian una desventura, los dueños de sus viviendas deciden quemarlas para que la desgracia  no llegue y se van con sus hijos, sus pertenencias, desmantelan el pueblo, y en medio del éxodo, la señora que amaneció y expresó su presentimiento, reitera que ella lo dijo y creyeron que estaba loca.

El rumor cobra fuerza y se carga de emociones, hasta el punto de no saber si quien lo repite tiene la verdad, si el que lo calla oculta, o si es mejor ponerlo en labios de una autoridad para que genere mayor credibilidad sin importar que también ahí se esté cayendo en calumnia.

Y es que con la historia de la humanidad  nace el rumor como parte inherente, sin embargo es muy grave cuando se utiliza con fines destructivos o con interés particular.

Por ejemplo, la historia del Lago Ness, que data desde el siglo séptimo, referida a una misteriosa criatura  presente en el río y el lago, todo un monstruo, que a través de los siglos, sigue cobrando fuerza, sin que científicamente se haya comprobado absolutamente nada, pero que ha sido aprovechado con fines turísticos.

Puede señalarse también, la leyenda de la Anaconda en Ibagué y muchas otras que jamás fueron comprobadas. Pero a la fecha incomoda escuchar según la postura de quien lo dice, una serie de inexactitudes que desagradan por el evidente desconocimiento en detalle, del tema que se trata. La propuesta es que antes de comprometerse con cifras precisas, quien se atreva a divulgar últimas decisiones y                          acontecimientos lo haga porque tiene pleno conocimiento de cuanto dice, de lo contrario está desinformando y engrosando la fila de quienes rumoran.

Por qué no motivar al pensamiento crítico constructivo, a la reflexión y capacidad de proposición. Es tan grave el rumor malsano, que llega a niveles letales con su poder.