Aludiendo al sociólogo y filósofo polaco, Zygmunt Bauman, sobre la Teoría de la Modernidad Líquida, las expectativas de las nuevas generaciones se tornan muchas veces como el agua entre los dedos, sin tener claro los proyectos de vida, ni un referente que les haga soñar porque no desean repetir la historia de sus padres, pero sí el disfrute y goce que conlleva a cambiar rápidamente de sueños, sin apegos e individualismo que concluye en una vida solitaria.
El desarrollo, la utilización de la tecnología, la política, lo relacionado con lo económico, la globalización, entre otras categorías, lleva al sujeto a una modernidad líquida donde todo vale por la superficialidad social en la cual se haya inmerso en búsqueda de emancipación y libertad, que traerá otras necesidades para la satisfacción que cada vez exige algo nuevo.
La convivencia se vuelve excluyente, esquiva. El espacio y el tiempo reducen su significado y vertiginosamente transforma realidades y busca unas nuevas, de tal manera que las relaciones son vitales a través de la tecnología.
Un trabajo inmediato en el que la durabilidad no es importante y los vínculos personales dejan de existir y sólo la gratificación instantánea importa. La desconfianza conlleva al divorcio con el sentido de pertenencia, con el amor por la Patria, el desapego nacional, porque ni siquiera tiene claro qué va a pasar con su futuro en unas décadas venideras, teniendo en cuenta que en la modernidad líquida se pierde la creencia en un Estado garante y benefactor.
Trayendo al contexto, si la juventud no tiene claro su futuro, los jóvenes caen en dilemas, pero recurren a sus posturas e intentan aportar al cambio, tal como se observó en el reciente debate electoral a nivel nacional, regional y local. Algunos alcanzaron su curul, otros demostraron su liderazgo y capacidad de aportar a sus propios partidos de manera significativa, pero alcanzaron la meta. Sin duda, hubo cambios en la nueva estructura de corporaciones públicas.
Además, cómo no tener dilemas, si el desempleo juvenil en Colombia llegó al 18.9 por ciento según la medición que hace el Dane, entre diciembre de 2018 y febrero de 2019.
Los retos a los cuales se enfrenta la juventud, obliga a que el sistema escolar haga replanteamientos urgentes y pertinentes, para dar respuesta a sus necesidades, a sus intereses, expectativas, formas de vida. Uno de los fines de la educación en el artículo quinto de la Ley General de Educación, es una formación desde el enfoque crítico social fundamentado en la teoría crítica, que permita posturas argumentadas para la transformación.
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