Rohitash Kumar, un joven de 25 años, fue declarado muerto en un hospital del estado de Rajastán, India, y entregado para ser cremado. Sin embargo, momentos antes de ser incinerado, despertó, desatando una ola de indignación y un profundo cuestionamiento sobre los protocolos médicos.

Kumar, quien tenía dificultades para hablar y escuchar, había sido ingresado al hospital de Jhunjhunu tras sufrir una crisis epiléptica el jueves pasado. Los médicos, al observar la ausencia de actividad en su electrocardiograma, declararon su muerte por insuficiencia respiratoria, presuntamente causada por enfermedades pulmonares como tuberculosis y EPOC. Sin embargo, el diagnóstico habría sido realizado sin llevar a cabo un examen postmortem físico, procedimiento obligatorio en estos casos.

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Tras ser dado por muerto, el cuerpo de Kumar fue rápidamente entregado a un refugio local, que comenzó con los preparativos para la cremación. Fue en ese preciso momento, cuando se encontraba sobre la pira funeraria, que el joven comenzó a moverse, sorprendiendo a todos los presentes. Inmediatamente, fue trasladado nuevamente al hospital, pero lamentablemente falleció al día siguiente, apenas 24 horas después de haber sido rescatado de la cremación.

Este lamentable suceso ha generado una fuerte indignación en la comunidad, llevando a las autoridades sanitarias a suspender a tres médicos involucrados en el diagnóstico y a abrir una exhaustiva investigación sobre el caso. Además, se ha conformado un comité para revisar los protocolos del hospital, los cuales han sido duramente cuestionados por la omisión de un examen postmortem físico.

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Kumar había sido admitido en un refugio para personas con discapacidades mentales en septiembre, luego de ser encontrado en situación de indigencia por la policía. Además de la investigación en el hospital, las autoridades están evaluando las condiciones del refugio donde residía Kumar para garantizar que se cumplan los estándares adecuados de cuidado.