Quiero pedir al Niño Dios, por un Año Nuevo esperanzador, con la expectativa de un 2020 con mayores oportunidades para nuestra Colombia, Departamento y Municipio.
Deseo que nuestros gobernantes, puedan llevar a cabo su cuatrienio sin obstáculos, con total transparencia, con el debido control para evitar situaciones que empañen su labor. Que la administración municipal y departamental sean ejemplo nacional y nos posicione en niveles de reconocimiento.
Le pido al Niño Dios, que nuestros 47 municipios, se destaquen por el avance en el plan de desarrollo y en consecuencia en las garantías a los más vulnerables, la infancia y la adolescencia que a la vez son estudiantes, para que sus derechos no sean objeto de abuso por parte de operadores que oferten servicios como el del Plan de Alimentación Escolar, que se ha convertido en uno de los mayores proyectos con riesgo de corrupción, por falta de control. En la alimentación escolar, se deben exigir garantías y calidad total, para cumplir con un beneficio de carácter legal, que ni es un favor , ni es un regalo, es un derecho.
Pido fervientemente por una oferta de salud en condiciones dignas, por la contratación de un servicio humanizado, con el deseo de servir y dar salud a quien lo necesita. Es una prioridad para el Tolima.
Que el gran campo de la Educación tenga un tratamiento propio de su categoría. Que no sea el tamaño de la billetera de un padre de familia, el que determine el futuro de los niños, como alguna vez lo expresó Barack Obama. La Educación oficial también debe ser tratada con alta responsabilidad y calidad, ¿por qué razón debe ser la cenicienta?
Que la educación garantice la formación desde la investigación, la tecnología, la innovación, el emprendimiento, la visión crítica reflexiva, para formar ciudadanos capaces de proponer y transformar. ¿Qué clase de ciudadanos deseamos para el presente y futuro?
Estamos en la era de la revolución industrial 4.0, donde la modernización debe hacer parte de ciudades inteligentes, sueño con una ciudad más amigable, más desarrollada y más modernizada.
Finalmente, en nombre de mi esposo Luis Eduardo Chamorro Rodríguez, de mis hijos Jonathan Iván y María del Mar Mejía Rojas, y en mi propio nombre, elevamos nuestra copa para desear que nuestros mandatarios tengan un nuevo cuatrienio pleno de logros; para todos nuestros lectores, tolimenses, amigos, familia, un 2020 con mucha paz y unidad familiar. ¡Feliz Navidad! ¡Feliz Año Nuevo!
Comentarios