pero creo que vale la pena y sería un desperdicio no hacerlo en el caso de la entrevista que La Silla Vacía le hizo a su colaboradora Claudia López, politóloga, analista, consultora e investigadora. Charla periodística que reprodujo también EL NUEVO DÍA en su edición del pasado sábado.

Es toda una cátedra de ciencia política y análisis de actualidad el que hace López mencionando sobre todo dos personajes visibles: el presidente de la República Juan Manuel Santos y el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro. ¡Ah! Y de manera frentera desnuda el papel de algunos medios de comunicación.

Una radiografía del desastre que el país ha visto con su capital, cada día más revuelta, desordenada, caótica, triste, con la gente queriendo salir corriendo de allí porque no tienen optimismo sobre el futuro de la misma y todo debido a las actuaciones o las no actuaciones de su mandatario actual.

Igualmente, interesante la radiografía que hace del Presidente de la República, exponiendo en un medio algo que uno escucha con más fuerza en más lugares sobre la conducta del presidente: sus para atrás y para adelante, la importancia de la imagen por encima de una solución real en algunos temas.
    
López, que no está acostumbrada a quedarse callada, también pone de manifiesto algo que se había notado en los últimos tiempos, una especie de matrimonio político-económico con algunos medios de comunicación que dependiendo del interés de sus dueños, los amigos de sus dueños o el padrino político del amigo del dueño o del socio, ataca o no ataca la función de alguien o impone la agenda sobre un tema rayándolo y rayándolo hasta que lo hace importante, no porque lo sea, sino por el interés de volverlo así para la gente del común.

En cuanto a su posición frente al riesgo que implica ser funcionario público no hay mucho que agregar, solamente decir que tiene la razón en todo lo que dice sobre la labor y todo lo que hay a su alrededor durante y después de haber ejercido.

De actitudes soberbias en el poder, de personas que piensan que tienen más poder del que realmente tienen, de posiciones arrogantes, de emperador, de reyecitos, que no los dejan ver con claridad el rumbo ni hacia donde ir en las decisiones frente al Estado o en lo político (o algunos que no les interesa ese rumbo sino ver arder las naves o a Roma porque quieren ser solo ellos); falta de convicción en el ejercicio político y público; de llegar a los cargos de elección popular con poco respaldo o con el respaldo de grupos a quienes después traicionan para ufanarse de ser más astutos, inteligentes y trabajadores que los aliados que los ayudaron a llegar, y después tratar de acabarlos comprando conciencias y dando dádivas a los lugartenientes de sus aliados, es parte de lo que López presente entre líneas en su entrevista.

Solo basta decir que en todas partes se cuecen nueces y pareciera que estuviera hablando de lo que pasa también por estos lados. Un buen cierre al decir la entrevistada que el 2012 fue el año del cinismo y la arrogancia del poder.