Una buena de Tránsito

Nelson Germán Sánchez

En este espacio me he caracterizado por ser un crítico objetivo de las labores de la Policía de Tránsito y del tránsito en general de la ciudad, asegurando que no se observan acciones integrales para mejorar la movilidad, si no se sigue el mismo libreto con pequeñas acciones.

Del accionar de la Policía de Tránsito en sí misma, no me equivoco al recoger la sensación de miles de ciudadanos ibaguereños que la notamos paquidérmica, lenta, poco operativa, reactiva y reaccionaria, invisible y desaparecida en las horas de mayor tráfico que es cuando más se le necesita, pero muy presente y con muchas unidades cuando se presenta un accidente o un choque. De resto ni por las curvas ayudando a la ciudadanía o la descongestión vial, a menos que sea acompañando el que pareciera el negocio que le montaron a las grúas que operan por la capital tolimense.

Dicho esto quiero resaltar, sin embargo, el buen accionar de dicha policía durante el fin de semana que acaba de pasar ubicando en distintos puntos de la ciudad, sobre vías principales y secundarias, puestos de control para examinar el estado de embriaguez de los conductores que pasadas las 12 de la noche rodaban por esta urbe.

A todas luces, y sin lugar a dudas, esos operativos son importantes, puesto que se trata de preservar la vida de quienes van con destino a su casa luego de una noche de diversión o de vida social, así como de aquellos ciudadanos que por cualquier situación personal o familiar deben utilizar calles y carreras; lo mismo que la de los conductores que por X o Y circunstancia vayan de tránsito hacia otro lugar del país a esa hora.

Son relevantes dichos operativos porque se trata de evitar tragedias tanto para quienes van en los vehículos como para quienes pueden salir lesionados o muertos por la acción irresponsable, premeditada, absurda e ilógica de ponerse a ingerir alcohol si se sabe que se debe conducir después. Así se corta de tajo una tragedia por llegar.

Además, se evita que jueces y fiscales alumbrados por el faro deslumbrante de la hipótesis jurídica del Fiscal General de la Nación, para quién pareciera es más importante lo administrativo y político, que la vida humana misma y el sacar a los asesinos al volante de las vías, pues pueden considerar que si alguien manejando en estado de embriaguez mata a otro ciudadano, le destruye su vida, lo deja parapléjico, le daña el carro o la vivienda, no es un peligro para la sociedad, debe recibir casa por cárcel, el delito imputado debe ser el más bajo y siempre teniendo en cuenta que fue sin dolo ni culpa ni muchos menos intencionado. O sea, casi dejando a estos sujetos como modelos a seguir por la sociedad, dignos hasta de recibir la Cruz de Boyacá.

Por ello, para evitar esos tristes espectáculos, que bien por la Policía de Tránsito de Ibagué que continúe en dichos controles en las noches y las madrugadas en Ibagué; controles, que dicho sea de paso, cumplen también con acciones de seguridad y contra la delincuencia, porque se indagan los antecedentes de quienes viajan en los vehículos. Igualmente, el hecho de que la Policía esté en las calles y se vea, le da al ciudadano un mensaje de tranquilidad frente a la delincuencia.

Ojalá que sean permanentes estos operativos, que no sean flor de un día, que se mantengan planificadamente a lo largo del año. También, sería bueno poder ver a la Policía de Tránsito durante el día, controlando los puntos críticos para una mayor fluidez del transporte público y privado. Aquí una sugerencia de sitios donde podrían hacerse: Calle 44 con Quinta (glorieta), avenida Ambalá calle 60 (glorieta), Ambalá con calle 65 (Glorieta), Avenida calle 72 con Guabinal, (semáforo frente a la Campiña), Avenida Quinta, con 60 frente a Multicentro, carrera Primera con calle 15, calle 15 con Segunda, Tercera, Cuarta y Quinta. Entre otros.

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