Importancia de las lúdicas

Nelson Germán Sánchez

A propósito de la conmemoración de la tragedia nacional de la toma del Palacio de Justicia ocasionada por la guerrilla del M-19 que instó la brutal arremetida del Ejército dejando como resultado la muerte de tantos colombianos inocentes y magistrados de la Corte Suprema de Justicia, quería referirme a la pusilánime actitud de Belisario Betancur, pidiendo un perdón mentecato, y anunciando que contará la verdad a través de un libro cuando se muera, pero la verdad no vale la pena dedicarle ni una línea a este “señor” expresidente.

Por eso es mejor hablar de cosas agradables, importantes, que contribuyen a formar mejores seres humano como las lúdicas. Sí, las que imparten en las instituciones educativas donde estudian nuestros hijos e hijas. Esto, a propósito del bonito Festival de Lúdicas 2015, organizado por el colegio Santa Teresa de Jesús, de Ibagué.

Muchos podrían pensar que las actividades lúdicas son el relleno de la actividad puramente académica y epistemológica, algo sin importancia en la educación de los menores.

Otros, que simplemente ayudan en ocasiones al desarrollo físico; pero nada más alejado de la verdad y la realidad, las lúdicas sirven para fomentar la comunicación e incluso las competencias de los menores.

Uno de los estudiosos de este tema, Hurlock, ha señalado que sirven para eliminar las energías en exceso, que puede hacer niños tensos, nerviosos e irritables. El jugar obliga a los niños a comunicarse correctamente con otros y entender lo que los otros dicen.

Dicho autor precisa que “los juegos cooperativos coadyuvan a la expansión para las necesidades y los deseos: que no se pueden cumplir satisfactoriamente en otras formas, se satisfacen a veces en los juegos. Es una fuente de aprendizaje ya que el juego ofrece oportunidades para aprender muchas cosas; por medio de libros, la televisión o la exploración del ambiente que los niños o niñas no tendrían oportunidad de aprender en el hogar o la escuela.

En este mismo orden de ideas, es un estímulo para la creatividad, pues mediante la experimentación de los juegos los mismos descubren que al crear algo nuevo y distinto puede ser satisfactorio.

Esos juegos les permiten a los niños compararse con los demás en cuanto a sus capacidades y habilidades, desarrollando así la sociabilidad y resolver los problemas propios de ésta.

Es también un escenario para las normas morales ponen en práctica lo aprendido en la casa o el colegio en cuanto a lo que se considera correcto e incorrecto, según se dice esa aplicación de normas de moralidad no es en ninguna parte tan rígida como en un grupo de juegos.

“Del mismo modo, contribuyen al aprendizaje de papeles sexuales apropiados: los niños o niñas descubren, en el hogar y la escuela, cuáles son los papeles sexuales aprobados. Sin embargo, se dan cuenta muy pronto de que deben aceptarlos también para convertirse en miembros del grupo de juegos. A partir de su ejecución se desarrollan rasgos convenientes de personalidad mediante los contactos con los miembros del grupo de coetáneos en los juegos, los mismos aprenden a ser cooperativos, generosos, sinceros, a tener un buen espíritu deportivo y a mostrarse agradables para otras personas”.

Por tanto, no se debe olvidar ni por un minuto la importancia de las lúdicas y el apoyo que padres, docentes y autoridades públicas y privadas debemos dar a las instituciones educativas para que las promulgen y fortalezcan.

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