Ni pa’ trancar una puerta

Nelson Germán Sánchez

Pasadas las festividades de fin de año, es hora de los balances antes de comenzar actividades en pleno a partir de esta semana. Que mejor que hacerlo sobre los ‘hp’, los honorables padres de la patria. Creo que el balance no podría ser más paupérrimo de nuestros representantes y senadores, a saber Carlos E. Osorio y Jaime Yepes, de La U; Miguel Barreto y José Élver Hernández, ‘Choco’, del partido Conservador, y Pierre García, del Centro Democrático, y los senadores Rosmery Martínez, de Cambio Radical, y Guillermo Santos del partido Liberal.

El único que realmente tiene que mostrar, sacó la cara, mostró desempeño y fue visible en temas como las normas que generan el entramado jurídico del acuerdo Santos - Farc, fue Carlos Edward Osorio. Indagué por qué fue escogido como uno de los mejores congresistas durante 2016 por la firma Cifras y Conceptos, al lado de nombres más mediáticos y públicos, pesos pesados de la política como Jorge Robledo, Claudia López o Álvaro Uribe.

Pues más de dos mil líderes de opinión destacaron el cumplimiento, la seriedad y el estudio de los temas de este político tolimense, que por fortuna nos hizo quedar bien en ese panel de consulta a los tolimenses.

Del resto, como diría un personajillo de la rancia política oscura regional, la cabeza pareciera no les sirve ni para ponerse un sombrero -o una gorra como a un excandidato a la Gobernación-, no darían siquiera para estorbar o trancar una puerta. Mudos, invisibles, livianitos y bastante apocaditos. Qué pesar por el Departamento. Y eso que estos honorables nos chuparon a los colombianos 27 millones 929 mil pesos al mes cada uno, por salario; es decir, cada ‘hp’ nos costó en solo suelditos 391 millones de pesos al año, que equivale a que los siete congresistas se nos gastaron -únicamente en sueldos- algo más de dos mil 737 millones. Sin contarles, primas, cesantías, gastos de representación y las otras cositas que reciben. ¡Absurdo!

Cifras y datos como estos hay que recordarlos a la familia, los amigos, los vecinos y los alumnos ahora, en un mes, en dos, en seis y cada vez que se pueda; es altamente efectivo para crear conciencia colectiva y no dejar adormecer la memoria electoral tan importante para este año. Ojalá ahora que quedaron devengando en lo formal, en sueldos, sin contar las “cositas” del mecato y la merienda, 31 millones de pesos al mes en salarios, los seis invisibles se despierten, hagan algo, gestionen, busquen plata, piensen o aunque sea hablen. Porque en últimas ellos no pierden nada, pero los tolimenses sí perdemos mucho en representatividad, oportunidades de recursos y visibilidad nacional. Y ellos hagan una rendición pública de cuentas, de su labor en el Congreso, así sea poquito lo hecho.

Y al representante Carlos E. Osorio, pedirle que, como dicen las nuevas generaciones, que son nativas digitales, no se le vaya a pegar el “modo” pereza, vagancia o pusilanimidad en que parecieran andar los otros congresistas de la tierrita, que no ingrese al club de los 6 invisibles.

–Gersan-

Comentarios