Gracias a la beca de formación audiovisual otorgada por la Alcaldía de Ibagué como parte de los estímulos 2013, Diana Carolina Hernández, egresada de la Universidad del Tolima en Ciencias Sociales, logró realizar un cortometraje en el que busca, a través de una corta historia entre estudiantes de un colegio local, hacerle un homenaje a la amistad y a la tradición oral.
El cortometraje fue presentado en Premier la semana pasada en el auditorio del MAT para que los amantes del cine y la cultura pudiéramos degustar “Los fantasmas del teatrino”.
Aprendí hace un tiempo, y aquí recito lo aprendido, que un cortometraje es una producción audiovisual o cinematográfica cuya duración es menor a 30 minutos. Para el caso de Diana Carolina su “corto” apenas alcanza los 20 minutos.
Un cortometraje abarca los mismos tipos que los de las producciones de mayor duración, pero debido a sus costos menores se usan más para tratar temas menos comerciales, en los que el autor tiene una total libertad creativa. En el de Diana Carolina hay un argumento y él rige la historia y las imágenes.
Muchos jóvenes usan estos para dar sus primeros pasos en la industria cinematográfica. Algunos directores de cine comenzaron con sorprendentes cortometrajes y con ellos demostraron sus capacidades para luego alcanzar la fama. Ojalá Diana Carolina la consiga.
“La realización de cortometrajes prolifera de forma eminentemente autodidacta puesto que no es un género definido en el que existan cánones establecidos” se explica en un manual. El “corto”, entonces, es una plataforma de impulso para los nuevos estilos narrativos y visuales “porque la transgresión de las normas clásicas de la cinematografía puede hacerse en estas obras”.
El auditorio del MAT fue insuficiente para albergar a los interesados. Después de algunas maromas con el tiempo y el espacio, logramos ubicarnos y esperar el momento de la verdad.
Y el momento llegó. Es una historia aparentemente simple, montada sobre la influencia que ejercen los niños en los colegios sobre otros que recién ingresan o han sido trasladados y les generan indecisiones e inseguridades.
Luna, la protagonista, logra superar esos cuentos de fantasmas, que en el colegio se alojan en el teatrino, y en un evento fortuito, gracias a un niño que se convierte en su único amigo en ese establecimiento, rompe con esa leyenda.
Es un cortometraje que pertenece al género infantil y es argumental porque cuenta una historia.
Felicito a Diana Carolina y a su equipo de trabajo. Me alegra mucho que la Alcaldía de Ibagué, a través de su Secretaría de Cultura, apoye estas manifestaciones artísticas.
Y ojalá Diana Carolina logre llevar su “corto” a los festivales en los que sueña participar. Se merece esa difusión.
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