Los colombianos debemos celebrar y apoyar con entusiasmo lo que sucedió esta semana, cuando el Presidente de la República, el Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural y el Director del Incoder entregaron, a 174 familias, la mitad  desplazadas y otra mitad de pequeños productores, un área productiva de más de cuatro mil hectáreas de la finca Las Catas, ubicada en Ayapel, en el departamento de Córdoba. Este predio fue debidamente expropiado al narcotráfico y, a futuro, se convertirá en un emprendimiento rural “socialmente competente” para producir cacao, caucho y plátano, apelando a las alianzas productivas, con las que se convoca los sectores privado y público, en un modelo gana-gana para todas las partes, que genera riqueza económica, capital social, sostenibilidad ambiental y seguridad alimentaria.

La política adoptada por el actual gobierno nacional de entregar tierras cuyo dominio ha sido extinguido o está en proceso de extinción al narcotráfico, con clara vocación en productividad rural, a pequeños productores campesinos, no puede tener retorno. No puede repetirse otro Acuerdo de Chicoral, tal como el que en los años 70 puso freno de mano a los procesos de reforma agraria promovidos por el presidente Lleras a finales de los 60.

Está demostrada la voluntad política del Gobierno nacional para emprender este camino, que debe ser emulado en otras regiones del país y, claro está, en el Tolima.

El gobernador Luis Carlos Delgado Peñón y su secretario de Agricultura, Francisco Ibáñez, pueden convertir como propósito estratégico de su agenda agropecuaria y rural en el Departamento, la promoción del desarrollo de proyectos productivos en varios predios que ya han sido extinguidos y otros que están en proceso.

Para ello es menester que el Gobierno departamental evalúe, con el apoyo del Ministerio de Agricultura y el Incoder y de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos - capítulo Tolima, liderada por Edgar Angarita, las posibilidades de desarrollo productivo de predios que ya han sido extinguidos en San Antonio y Ambalema y otros que están en proceso de extinción en Armero - Guayabal.

P.D. Comparto con mis paisanos esta oración de mi autoría para este nuevo año, deseándoles un feliz y venturoso 2012.

Dios de todos:
Dame humildad, pero no me vuelvas tonto.
Dame sentido del humor, pero no me vuelvas cínico.
Dame ambición para Ser y no codicia para tener.
Dame ideales, pero no ilusiones.
Dame perseverancia, pero no terquedad.
Dame vocación de servicio, pero no mesianismo.
Dame sentido del placer, pero no me dejes ir por los atajos.
Hazme útil para los demás, pero nunca imprescindible.
Dame ternura, pero no melosería.
Dame vigor, pero no autoritarismo.
Dame autoridad para dar ejemplo y no el poder voluntarioso.
Enséñame a obedecer, pero no a ser servil.
Hazme discernir hasta donde llegan mis responsabilidades,
sin tener sentimientos de culpa.