Igual sucede en la polÃtica colombiana. Los lÃderes de los partidos y grupos polÃticos obedecen ciegamente a los lineamientos, ya sean del exterior o de su propios caciques y jamás se salen de los carriles trazados por sus mentores; por eso la actitud asumida temporalmente por Angelino Garzón Vicepresidente de Colombia, resulta un tanto curiosa, máxime si este ambiguo personaje siempre ha jugado al oportunismo polÃtico.
Para Kant, cuando los miembros que tienen compromiso con una comunidad, comparten de un modo meramente pasivo para dar muestras de “cierta unanimidad artificialâ€, no están razonando, sino simplemente obedeciendo y solo logran su autonomÃa si esa comunidad los reconoce y los estima “en su calidad de doctosâ€, hecho que no corresponde en este caso, pues nuestro Vicepresidente está lejos de ser un intelectual y sus posiciones son ante todo reflejos de su antigua militancia sindical, la cual no se caracterizó precisamente por sus escritos en esa materia, sino más bien por su espÃritu conciliador.
La metodologÃa para establecer las nuevas lÃneas de pobreza en el paÃs, no admiten ningún análisis serio; por esa razón, molesto el presidente Santos sacó a relucir una de sus tantas caretas y le llamó la atención en público a su escudero, ya que consideró una afrenta ridiculizar a sus asesores por esas cifras que manejan.
Este enfrentamiento no pasó de ser un sainete orquestado por los medios de comunicación para reforzar el unanimismo que campea por todo el paÃs. Si bien Angelino, que no conoce mucho de la diplomacia oficial, en un ataque de soberbia salió a refutar a los tecnócratas y ante el regaño del presidente afirmó que no era un empleado, sino un elegido, pronto dio su brazo a torcer ante los pases mágicos de las expresivas manos presidenciales que lo hicieron arrodillar y lo hicieron repetir que él defendÃa “la unidad en la diferencia, por el bien de Colombiaâ€.
Después lo vieron caminar cabizbajo por los pasillos del Palacio de Nariño, murmurando que no podÃa renunciar al derecho de pensar y opinar.
La pregunta que nos hacemos es si Angelino alguna vez ejercerá realmente la mayorÃa de edad Kantiana o si simplemente son gestos politiqueros, si se tiene en cuenta que su autonomÃa fue hipotecada desde el mismo instante en que aceptó ser el Vice de Santos.
(*) Profesor Asociado UT
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