La propuesta de Petro sobre el consumo de drogas

El problema del consumo de sustancias psicoactivas es complejo, cualquier intento de mitigarlo debe hacerse creativamente y no con los modelos obsoletos que no han dado ningún resultado.

Por eso la propuesta del alcalde de Bogotá, aunque no es original, si logra plantear un enfoque distinto al asistencialismo que, junto con lo punitivo, se convierten en las únicas alternativas que ven nuestros dirigentes. La prevención debe hacerse sin lugar a dudas, pero el consumo se ha desbordado tanto que el énfasis ya no debe estar  exclusivamente en la prohibición y el llamado a evitar su consumo, sino a lograr que este se haga moderadamente y que no  cause daño, tanto a la salud del consumidor, como al entorno social donde este interactúa.

Ver al adicto como un delincuente es una posición torpe. Considerarlo únicamente como un enfermo mental resulta también peligroso. Se debe entonces partir de una visión holística, donde sean tenidas en cuenta todas las dimensiones del ser humano, porque eso son quienes no han podido o no han querido liberarse de esta práctica que los degrada física y sicológicamente. Los profesionales de las áreas sociales que trabajan con drogadictos siempre encuentran que tras su situación existe un núcleo familiar fracturado, graves condiciones de deprivación  sicoafectivas y  problemas socioeconómicos. Por eso una intervención tiene que hacerse con mucha imaginación  para lograr la participación del consumidor, su grupo familiar, el entorno social y las salidas de carácter económico por parte del estado.

Cualquier programa que se inicie para evitar o moderar el consumo debe contar con propuestas que incentiven la práctica de los deportes, las manifestaciones artísticas,  la gestión de proyectos. Sólo cuando aparezcan distintas alternativas del uso del tiempo libre, se parta del diálogo con los implicados y se financien proyectos productivos dirigidos por ellos mismos,  comenzarán a verse los frutos. Las demás acciones que se quedan en la simple emisión de llamados al no consumo, están condenadas al fracaso.

Un elemento que resulta muy problemático es la distribución de la droga. Las grandes mafias son las que al final se lucran del negocio.  La historia nos cuenta de cómo las  mafias  manipulaban la producción y distribución del alcohol y  su secuela de muerte y corrupción, pero también nos dice cómo se logró su desmantelamiento con la legalización de esta sustancia.

La propuesta de Petro tiene su origen en las narcosalas de Holanda, Alemania y otros países europeos que han dado  resultados. Entre nosotros esta salida debe  madurarse  y complementarse  y no negar esta posibilidad, por ejemplo como lo hace el Procurador con argumentos tan estúpidos como  decir que Petro se la había fumado verde

Credito
LIBARDO VARGAS CELEMIN Profesor Titular UT

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