Durante el siglo XX, varios candidatos presidenciales fueron asesinados en el marco de conflictos armados, rivalidades políticas y el auge del narcotráfico. Estos asesinatos no solo conmovieron a la nación, sino que en muchos casos, redefinieron el curso político del país. Algunos de los candidatos presidenciales asesinados más notables son:

Rafael Uribe Uribe (1914): Aunque comúnmente se asocian los asesinatos políticos con el siglo XX, Uribe Uribe, líder liberal y reformista, fue asesinado a machetazos en Bogotá. Es considerado uno de los primeros mártires políticos del país.

Jorge Eliécer Gaitán (1948): Abogado, orador y líder del partido Liberal, su asesinato en Bogotá desencadenó el Bogotazo, un violento levantamiento popular. Su muerte es considerada uno de los eventos más trascendentales en la historia contemporánea de Colombia y marcó el comienzo de un periodo conocido como “El Violencia”, una confrontación bipartidista entre liberales y conservadores.

Jaime Pardo Leal (1987): Presidente y candidato del partido Unión Patriótica (UP), fue asesinado en un contexto de persecución sistemática a los miembros de esta formación política de izquierda. Se estima que alrededor de 4.000 integrantes de la UP fueron asesinados en lo que se ha llamado un genocidio político.

Luis Carlos Galán (1989): Político y periodista, Galán fue un firme oponente del narcotráfico y abogó por la extradición de narcotraficantes a los Estados Unidos. Candidato por el partido Nuevo Liberalismo, fue asesinado durante un mitin en Soacha, Cundinamarca. Su muerte es atribuida a sicarios al servicio del Cartel de Medellín, dirigido por Pablo Escobar, en complicidad con sectores corruptos de la política y la fuerza pública.

Bernardo Jaramillo Ossa (1990): Líder del partido de izquierda Unión Patriótica (UP), fue asesinado en el aeropuerto El Dorado de Bogotá. El partido UP sufrió un genocidio político en el que miles de sus integrantes fueron asesinados. Aunque las investigaciones señalaron inicialmente al narcotráfico, posteriores investigaciones apuntan a una persecución sistemática desde sectores del Estado y grupos paramilitares.

Carlos Pizarro Leongómez (1990): Ex comandante del movimiento guerrillero M-19 y candidato a la presidencia por ese grupo (que se había desmovilizado y convertido en partido político), fue asesinado en un vuelo comercial de Avianca. Su asesinato fue el resultado de una conspiración que involucró a actores del narcotráfico y agentes del Estado.

Álvaro Gómez Hurtado (1995): Abogado, periodista, diplomático, pintor, catedrático, escritor y pensador colombiano, militante histórico del Partido Conservador Colombiano y fundador de la disidencia conservadora Movimiento de Salvación Nacional. Su asesinato fue declarado como de lesa humanidad en el año 2017, por lo que la investigación de su homicidio no prescribirá jamás. ​En 2020, las FARC-EP se atribuyeron su asesinato ante la Jurisdicción Especial para la Paz, hecho que se encuentra en investigación en el tribunal de justicia especial.

Estos asesinatos reflejan la complejidad y la tragedia de la política colombiana en el siglo XX. A lo largo de las décadas, la mezcla de política, conflictos armados y narcotráfico ha resultado en la muerte de numerosos líderes y activistas políticos. Estos eventos han dejado huellas profundas en la memoria colectiva del país y han influenciado el rumbo de su historia y política.

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