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Esta frase me llevó a pensar en varios aspectos: Primero: En algunos casos no se aprende a comunicar de manera responsable porque es más fácil callar, aguantar y luego explotar y decir lo primero que lleva a la mente. Se explota porque al acumular inconformidades la persona se llena de enojo, malestar, a tal punto, que ese enojo es la fuerza para decir lo la incomodidad que viene guardando. El problema aquí es que se habla desde el enojo y se ataca a la otra persona.
Por otra parte, no se hablan temas incómodos por miedo a generar una distancia con el otro, miedo al conflicto, a la pérdida afectiva. Así mismo, no se comunica la incomodidad pensando en que la otra persona pueda interpretarlo como una amenaza no solo al ser, sino también a la relación.
Sin embargo, las relaciones sólidas se construyen de conversaciones incómodas ya que se puede comunicar lo agradable y desagradable. Escuchando sin juzgar, sin defenderse y atacar. Escuchando con respeto, y digo respeto porque quizá no estés de acuerdo con lo que la persona te esté diciendo. Aún así respetas su sentimiento y perspectiva.
Cuando escuchas con el corazón, puedes comprender más allá de lo que estás escuchando, más allá de simples palabras. Logras escuchar sus emociones y sentimientos. Y es allí donde puedes tener la oportunidad de aclarar una situación específica que se presentó, afirmar el amor que tienes por la persona y dar tu punto de vista de manera respetuosa sin imponerte. Siendo esto una oportunidad de crecimiento personal y fortalecimiento de la relación. Para ello, se hace necesario utilizar un lenguaje respetuoso, responsable y afectivo.
Así que cuando te resulte una conversación incómoda, no la evadas, sino aprovecha esa oportunidad para fortalecer y consolidar la relación. Vale aclarar que lo anteriormente expuesto aplica para todo tipo de relación.
Marisol Laguna ProañosFacebook: Marisol Laguna ProañosInstagram: marisol.lagunapWhatssap: + 57 321 7801112
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