El compositor antioqueño Jhon Jairo Torres de la Pava no vacila al considerar el reguetón como una música sin contenido y, peor aún, denigrante del género femenino, al igual que promotora de violencia, alcoholismo y desenfreno.

Cuando se trata de letras incluidas en sus canciones, el Director del festival Antioquia le canta a Colombia no tiene preferencias ni rechazos; piensa que en ellas puede reflejarse la manera de ver el amor, la vida y el mundo y la relación con su país.

De hecho, componer y concursar en convocatorias como la nacional 'Leonor Buenaventura', en un festival que hoy le rinde homenaje especial, es sólo una manera de exigirse y permanecer vigente en el ámbito musical.

“Cuando uno busca en sus raíces tiene muchos más elementos para proponer y para crear. Soy un defensor de la buena música, pero sin sesgo sólo hacia la andina, porque hay buena música en el mundo”, expresa.

Seguidor de la música de Fito Páez, Jorge Drexler, Queen, The Beatles e Ilan Chester, admite que no se ve emigrando de su país, que le gustaría ver más jóvenes en las graderías de los festivales y que ya son pocos los festivales en que le falta aspirar a un premio.

Torres de la Pava es, además, recordado por haber sido el fundador del espacio musical televisivo Serenata, de Teleantioquia, que hace algunos meses ya no presenta, y el actual director de Antioquia le canta a Colombia, festival que también dirigió Héctor Ochoa.

EL NUEVO DÍA: ¿Cómo empezó en la composición?

JHON JAIRO TORRES: En mi casa, desde muy niño. Mi papá llevaba serenatas a mi mamá, se escuchaba emisoras de música colombiana y se compraba discos como los de la familia Arellano (Eugenio, Gerardo y Beatriz) o de duetos como Gómez y Villegas y Obdulio y Julián, muchos de ellos del Tolima, el Eje Cafetero, Antioquia y los santanderes.

Mi colegio fue muy fuerte también, porque desde kinder hasta último grado, cada año presentábamos dos canciones colombianas y nos enseñaban a bailarlas, cantarlas y conocer la historia de éstas y de sus compositores.

END: Sus artistas colombianos preferidos...

JJT: Gustavo Adolfo Rengifo, Luz Marina Posada, Carolina Muñoz, Jorge Humberto Laverde, Doris Zapata, Héctor Fabio Torres, Gustavo Diez (su guitarrista) y Guillermo Calderón. Se me quedan muchos nombres por fuera.

END: ¿Sobre qué temas suele componer?

JJT: No tengo vedado tema alguno, pero sólo canto a lo que me ocurre u ocurre muy cerca a mí. No soy capaz, ni me siento honesto, de suponer situaciones: esa es mi manera, reflejada en experiencias como 'Mis deudas', 'No es tan fácil', '¿Quién dijo?' y 'Fantasmas'.

Así veo yo el amor, la vida, mi país y mi relación con el mundo: a través de la música.

END: ¿Cómo fue la experiencia con 'Serenata'?

JJT: Lo fundé hace 15 años, estuve los tres primeros al frente de él, volví hace cinco y hace dos meses no estoy. Lamentablemente me sacaron este año, pues es algo que tiene que ver con la Gobernación de Antioquia y el nuevo gobernador no me tuvo en cuenta para seguir.

Me siento triste por eso, porque era además el único espacio de la televisión para la música andina colombiana, que era la mayoría, aunque también se cantaba boleros y música de otros países del sur.

END: Y, en cuanto a Antioquia le canta a Colombia...

JJT: Es una asociación que lleva 37 años; yo la manejo hace cinco. Antes tuve que ser participante, delegado y jurado en muchas ediciones.

He logrado que sea un festival que atiende muy bien a la gente, ya que los artistas son la materia prima de la música y la gente encuentra un lugar para compartir con sus pares, en muestras, concursos, conciertos dialogados y encuentros de cantautores.

Entre los cuatro mejores festivales de Colombia está el de la Música Colombiana, ya que atiende muy bien a la gente; también el Ritoqueño, en Santander, y el mío, aunque no sea bien decirlo, pero cualquier intérprete lo dirá.

Lo que piensa
END: ¿Qué está ocurriendo con el reguetón?

JJT: No es música. Es un sonsonete rítmico, que a la gente se le pega, pero con letras espantosas. No estoy de acuerdo con ese irrespeto y esa cosificación con la mujer, y el hablar de las armas, de sexo sin elegancia y sin poesía.

También hay una parte de la música de despecho que no me gusta, como cuando se habla del licor, la venganza y el maltrato al otro. Sin embargo, el género en sí tiene cosas buenas.

Cuando uno busca en sus raíces, tiene muchos más elementos para proponer y para crear, entonces soy un defensor de la buena música, pero no soy un sesgado sólo hacia la andina, porque hay buena música en el mundo.

END: ¿Cómo ve a los jóvenes en la música?

JJT: Somos de una generación que cambió, sin querer hacerlo, el lenguaje de la música, lo puso actual en textos y armonía. Me emociona mucho ver más jóvenes en el escenario y que la universidad está acogiendo la música andina, pero me preocupa no ver gente joven en el público, pues los adultos piensan que estamos desfigurando la música colombiana; eso no es cierto. Ésta, como cualquier arte, evoluciona.

Me parece que hay un movimiento nuevo muy interesante hablando de cosas cotidianas que nos tocan y en un lenguaje que entendemos. La finalidad no es encontrar gente joven que esté cantando, sino atraer compañeros que vengan a las presentaciones y se vuelvan amantes de esta música.

END: ¿Volvería a presentarse a un concurso de composición?

JJT: Sí. No es por ganar, aunque ganar es muy bueno, sino porque es el único espacio que tenemos para mostrar lo que estamos haciendo. Es una manera también de estar vigente y exigirse a tener obras muy creativas, aunque no lo hago muy seguido.

Sentimientos
END: ¿Prefiere cantar, componer o las dos?

JJT: Ambas me gustan por igual, pero por falta de tiempo no he puesto mucho cuidado a cantar, así que esta es una labor que voy a empezar a soltar, ya que la he tenido muy frenada.

END: ¿Qué extrañaría si llegara a irse de Colombia?

JJT: De hecho, no me iría. Me encanta viajar, pero sólo por conocer otras culturas y otros lugares, pero no tendría sentido verme viviendo fuera de este país.

END: ¿Cómo recibe este, como tantos homenajes?

JJT: Me pongo rojo, porque no espero estas cosas y no trabajo por esto, pero sí me anima y más ver a los niños cantando canciones mías. Que reconozcan el trabajo de uno es importante, porque se siente que no está perdiendo el tiempo, y para la familia es la retribución para todas esas ausencias.

END: Dé un mensaje apropiado hacia los niños...

JJT: Que no dejen de oír música y escojan lo que les gusta, pero que tengan la música colombiana como la mejor, porque habla de lo que somos: allí está nuestra esencia, que es la que debemos conocer para llegar a la paz.

Logros y recuerdos

END: ¿En qué consiste su nuevo disco, 'Al encontrarte, acústico'?

JJT: Es un gran logro para mí, porque todo el proyecto fue acústico, con tiple, bandola, requinto y guitarra. Tiene 14 canciones entre nuevas y unas que ya se habían grabado no en mi voz, y también 'Fantasmas', que la hice más andina, porque la primera grabación me la criticaron por parecer balada.

END: ¿Qué artistas lo han grabado?

JJT: He sido muy afortunado. Me han grabado Beatriz Arellano, Nueva gente, María Isabel Saavedra, Carolina Muñoz, duetos Mejía y Valencia y Ensueños, en total más de 50 intérpretes, y unas 60 canciones.

END: ¿Cuál es la canción que más han grabado?

JJT: 'No es tan fácil'. Le siguen Fantasmas y Tanto, tanto. En cuanto a las recientes, 'Tus besos' y 'Para cantar', ésta de aire llanero.

END: ¿Qué artistas le gustaría que lo grabaran?

JJT: Juan Consuegra, de quien me encanta su propuesta; también duetos como Diapasión, de Huila. Y hago una invitación a que estrellas como Shakira y Juanes graben nuestra música colombiana; sería un empuje importante para la misma.

END: ¿A qué festival le falta ir?

JJT: Al del Mangostino, en Mariquita, al igual que al que se organiza en Cajicá, Cundinamarca, y otro que se organiza en Boyacá para obras inéditas.

END: ¿Qué viene este año?

JJT: He tenido más compromisos para cantar mis canciones, como el Festivalito Ritoqueño, en Ritoque, Santander; encuentros de cantautores en Cali, Manizales y Bogotá, Festival del Pasillo, en Aguadas, Caldas; Concurso Nacional del Bambuco, en Pereira, y conciertos en Armenia.