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Con ello, en cambio de ayudar, destruye y desanima. Este tipo de crítica causa daño y dolor a quien la recibe y habla muy mal de quien la emite, porque lo delata como persona destructiva, envidiosa y dañina, y no se salvará de que haya quienes afirmen que “como no puede construir, opta por destruir, que es muy fácil”.
La crítica puede ser muy útil y mucho ganaríamos si decidiéramos asumir la responsabilidad de “no tragar entero”, no dar por descontado todo, no aceptar argumentos de autoridad, no quedarnos en la superficie de las cosas, mirar a fondo, ver nuevos ángulos, analizar, profundizar, tener entereza de que puede sustentar su crítica. Para que la crítica sea verdaderamente útil, no puede limitarse a afirmar que algo está mal, es deficiente, es feo, o no le gusta. Debe precisar dónde están las fallas o deficiencias y presentar sugerencias puntuales para mejorar o corregir, en suma, debe tener el propósito de aportar, no destruir.
En las circunstancias en que vivimos actualmente, impuestas por la pandemia del Covid-19, se observa una mayor crispación e irritabilidad, que lamentablemente se expresa con agresividad, como lo muestran los medios de comunicación sobre la creciente violencia intrafamiliar, riñas y confrontaciones por asuntos baladíes. En consecuencia la reacción ante la crítica puede generar respuestas especialmente agresivas, entonces, no se trata de eliminarla sino de hacerla con especial respeto y pertinencia. Para lograrlo las siguientes sugerencias le pueden ayudar:
Cuando considere que debe criticar, hágalo y siempre recuerde
Refiérase a los actos, a lo que se hizo incorrecto y no a la persona.
Cuide el tono de su voz, este puede ofender más que las palabras.
Hable en forma respetuosa, no use expresiones vulgares ni desobligantes.
Evite descalificar, no subestime ni trate de ignorante al otro.
No generalice. Hable sobre el punto de manera precisa.
Sea oportuno y cuide el momento, la circunstancia y el lugar para hacer las observaciones. Hágalo sin prisa y en el escenario adecuado.
Considere el estado de ánimo de la persona a quien va dirigida.
Es posible criticar hablando en positivo. De esta manera sus comentarios serán recibidos de mejor manera y aceptados más fácilmente por difícil que sea.
Esté dispuesto a escuchar. Es posible que la otra persona pueda aportar elementos que usted no conocía.
Comience reconociendo los aciertos y aspectos positivos del asunto y luego precise aquello que amerita la crítica. Aquello donde hay oportunidades de mejora.
Ofrezca alternativas o sugerencias sobre lo que sería una actitud o situación correcta.
Evite terminar disgustado con la otra persona. Que la despedida no sea en malos términos, por el contrario, debe incluir un mensaje positivo, así la crítica motivará al cambio o mejora de la actuación de quien la recibe.
No diga nada de lo que luego se pueda arrepentir. Puede destruir en segundos una relación que después es muy difícil recuperar.
Si conseguimos hacer críticas de manera correcta los demás pueden aprender de nosotros y así adoptar una forma distinta de hacer observaciones, comportamiento que es muy positivo para mantener buenas relaciones y mejorar el ambiente ya sea en la casa, el trabajo o en cualquier otro ámbito.
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