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Cientos de historias se esconden detrás de las letras de creativos que ponen a rodar su imaginación, muchos basados en acontecimientos reales y otros más bien fantasiosos; sin embargo, un libro siempre será la compañía perfecta para aprender, divertirse o reflexionar.
A continuación les contaremos algunos de los recomendados nacionales para tener en el radar este año.
Las estrellas son negras: un viaje literario al Chocó
Escrita por el fallecido periodista colombiano Arnoldo Palacios, traer de vuelta este libro a la lupa pública es necesario.
Publicado en 1949, en ‘Las estrellas son negras’ se hace un viaje por Colombia a orillas del río Atrato en la ciudad de Quibdó, Chocó.
Se narra la vida de Israel, ‘Irra’, que representa en cierta medida la vida del autor, que a través de su relato explora temas como el racismo, la discriminación, la miseria, la pedofilia y la ausencia del Estado.
La obra también permite la reconexión con la belleza natural de una región biodiversa y pluricultural como es el Pacífico Colombiano.
Somos luces abismales
La escritora y columnista colombiana Carolina Sanín, se sumerge en sus recuerdos, lecturas y sobre todo en el lenguaje para descubrir, comprender y cuestionar distintas facetas del mundo y de ella misma.
Estos textos inclasificables, a la vez eruditos, intimistas, tiernos, poéticos, divertidos, irónicos y francos, ofrecen una experiencia única de lectura y perfilan a su autora como una de las voces más particulares de la literatura colombiana contemporánea.
Morada al sur
Este libro de Aurelio Arturo, considerado el mejor poeta del siglo XX, quizás sea uno de los más importantes y representativos de este género narrativo en la historia del país.
En cada verso el autor reconoce al ser humano dentro de la naturaleza, entre lo fantasioso y lo real. Se destaca por su autenticidad y es uno de los referentes necesarios para muchos escritores.
La conjura de los vicios
Escrito por David Betancourt, este libro de cuentos lleva a los lectores a situaciones absurdas, en las que se encuentran personajes aficionados a todo tipo de cosas y situaciones que los llevan a tener aventuras divertidas.
En estas se enfrentan a duras batallas interiores de las que salen triunfadores, aceptados o rechazados.
Cabe resaltar que David es un escritor experto en géneros como el humor o la comedia.
Lo que no tiene nombre
Este libro de la escritora colombiana Piedad Bonett, narra la vida de su hijo, Daniel, quien se suicidó a los 28 años.
Mientras, a la par narra su muerte y periodo de duelo posterior. En ella se cuentan las circunstancias previas a la muerte del joven, donde se detallan los comienzos del trastorno mental, le diagnostican esquizofrenia, que supondrá el comienzo de los problemas de Daniel.
En este no solo se asiste a un relato de duelo sino también a uno donde la enfermedad mental, con mayor estigma social, es un elemento clave.
La autora explica y detalla un recorrido marcado por el dolor, donde las esperanzas volcadas en el restablecimiento del joven y su normalización se verán truncadas con su muerte.
Un beso de Dick
Escrito por el fallecido crítico literario Fernando Molano, ‘Un beso de Dick’ narra la historia de Felipe, un adolescente bogotano que sueña con ser futbolista y con rodar películas de amor signadas por la tragedia.
El joven también anhela estar en una relación con su compañero de clase y de equipo de fútbol, Leonardo. De esta manera, se abre camino por las sendas del primer amor, consciente de pertenecer a una sociedad a la que se le dificulta dialogar con otras formas de amar y de ser amado.
Es una novela sobre el primer amor, que puede guiar a las familias a saber actuar ante estas situaciones.
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