Con una donación de 7000 plantas, la corporación ha llevado a cabo una campaña en todo el Tolima con el objetivo de que las celebraciones litúrgicas de esta Semana Santa no involucren el uso de la palma de cera.

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"Debemos cuidar y proteger la palma de cera porque es una especie protegida a nivel nacional. Es nuestro árbol emblemático y sirve de hábitat para una gran variedad de fauna silvestre, incluido el loro orejiamarillo, una especie altamente amenazada y en peligro de extinción", afirmó Mónica Huérfano, ingeniera forestal de Cortolima.

La campaña se ha centrado en varios municipios, como Ibagué, Guamo, Saldaña, Purificación, Prado, Ortega, Chaparral, Líbano, Lérida, Icononzo, Villarrica, Melgar, Cunday, Mariquita y Fresno, con el objetivo de concienciar sobre el cuidado de las especies de plantas.

Debido al mayor control sobre el uso de la palma de cera, los habitantes del Tolima han recurrido al uso de otras plantas como sustituto, como las hojas de palma de vino, palma real, palmicha y murrapo, cuyo manejo y comercialización también están prohibidos.

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El llamado es a proteger los patrimonios ambientales, Cortolima insta a la ciudadanía a utilizar plantas ornamentales o vivas que posteriormente puedan ser sembradas, al tiempo que advierte que el aprovechamiento, movilización y comercialización indebidos pueden acarrear sanciones administrativas y procesos penales.

Como dato adicional, Cortolima señala que la palma de cera es un símbolo nacional que puede alcanzar hasta 60 metros de altura, tarda hasta 83 años en reproducirse y hasta 57 años en producir tallos, por lo que su cuidado y protección deben ser responsabilidad de todos.