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El padre, reconocido en la región por sus misas de sanación, ha sido un referente de la religión desde que arribó al Cañón del Combeima, y había acumulado reconocimiento y confianza entre los fieles que cada domingo acudían a la sagrada eucaristía, esperando poder sentir las “manos sanadoras” del cura.
Pero, ¿quién era y por qué se volvió tan famoso?
Freddy Martínez es ibaguereño, y manifestaba que desde el año 2002, meses antes de ordenarse, descubrió sus dones de sanación, por medio de su propia madre que padecía de cáncer. "Ella tenía cáncer. Estaba desahuciada. Un día oficié una misa en su nombre. Le puse las manos en la cabeza y se desmayó. Milagrosamente desde ese momento se curó", dijo en una entrevista con El Tiempo, en el año 2007.
Luego, afirmó que en su vida empezó a ser perseguido por un demonio. “Siempre está al acecho. En una ocasión lo vi. Fue en el sector rural. Iba a caballo. Vestía de negro con una capucha. Mi caballo se detuvo y el viento dejó de soplar. Nos miramos de frente unos 30 segundos y empecé a orar. Se dio media vuelta y se fue. Afortunadamente siempre he ganado estas disputas", dijo en el mismo medio.
Su fama inició con las misas en Villa Restrepo, las cuales venía realizando desde hace más de 20 años, y que reunían a cientos de feligreses y seguidores, que acudían con enfermemos de todas partes del departamento y del país, atraídos por el testimonio de personas que habían sido curadas.
En su lista de curados, hay quienes afirman haberse recuperado de cáncer de piel, depresión, enfermedad en los huesos y parálisis, salvando más de seis mil personas, según afirmó El Tiempo.
El día más importante era los domingos, en los que las personas hacían largas filas para ser ungidos por el padre Freddy, mientras algunos caían desmayados. Sin embargo, desde el año pasado el sacerdote dejó su lugar en Villa Restrepo y fue trasladado, pero los ibaguereños lo siguen conociendo como "el padre de Villa Restrepo".
Hoy, la Fiscalía lo señala de abuso sexual, y en la lista reposan varias denuncias de mujeres en su contra.
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