En marzo la situación general de los comerciantes fue mucho mejor que la observada un año atrás, cuando por motivos de una prolongada Semana Santa, con lunes festivo incluido, muchos sectores resintieron sus ventas.
Mientras que hace un año el 29 por ciento de los empresarios consultados por Fenalco reportó descenso en sus ventas, en marzo esa proporción disminuyó al 19 por ciento en tanto que el porcentaje de quienes lograron aumentar sus volúmenes de ventas pasó del 33 al 41 por ciento.
Un buen número de comerciantes de todo el país dijo que en marzo ayudó muchísimo la celebración del Día de los Amigos, porque se dinamizaron las ventas, no sólo de bebidas espirituosas sino de cacharrerías, misceláneas y otros establecimientos que venden pequeños presentes.
Las ventas de aparatos electrónicos y de telefonía móvil fueron altas y el sector de materiales de construcción también tuvo un marzo aceptable, al igual que la rama de vehículos.
En el sector de abarrotes y en general de productos de gran consumo se expresó preocupación porque las ventas en el primer trimestre no fueron las esperadas. En cuanto a expectativas, persiste el optimismo de los comerciantes.
La celebración de fechas comerciales, como el Día de los amigos, es una de las herramientas más exitosas que ha utilizado Fenalco para impulsar el consumo, de la mano de un justo reconocimiento social a héroes de nuestra cotidianidad o a eventos de tipo religioso-cultural como la Navidad.
La mayoría de colombianos ven con simpatía estas campañas, aunque no falta, como en toda sociedad libre, uno que otro disidente que se contraría con la iniciativa.
A ellos les diríamos que el sistema en el cual vivimos, y en el cual ejercen su oficio los comerciantes de nuestro país, se basa en el consumo.
En realidad es este sano consumo la mejor contribución para que se generen puestos de trabajo, impuestos para pagar salud y educación pública y generar más consumo o inversión en empresas que generen desarrollo.
Hay quienes instintivamente piensan todavía que gastar en artículos suntuarios es pecaminoso, cuando no antiético habiendo tanta pobreza en el mundo.
La verdad es que muchos modelos políticos se han montado bajo esta premisa, pero si revisamos la historia económica de las naciones en el último siglo, encontraremos que el propósito redistributivo y la mejora de las condiciones de vida de la sociedad, no han encontrado soluciones en las propuestas anacoretas de aislarse del consumo.
Para no dar dolorosos ejemplos cercanos, pensemos más bien cuántos cientos de millones de personas, en países como la China y Vietnam, antiguos bastiones del socialismo, viven hoy mejor, gracias al incremento del consumo interno y externo.
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