Simonía: Negocio de lo sagrado

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

El término se debe a Simón El Mago, así como esta columna debe su nombre a El Berracundero, un cuento que escribí en 1975. La corta historia se inicia con el envío de los apóstoles a Israel, por parte de Jesús, con la orden de “Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien a los leprosos, expulsen a los demonios. Gratuitamente han recibido, gratuitamente deben dar” (Mateo 10.8).

Los apóstoles se encontraron con Simón El Mago quien le propuso al apóstol Simón Pedro comprarle el poder para hacer milagros y conferir como a ellos el poder del Espíritu Santo. “!Que tu dinero desaparezca contigo, dado que has creído que el don de Dios se adquiere a precio de oro¡… Este poder no es para ti ni te corresponde, porque Dios no aprueba tu actitud. Arrepiéntete de tu maldad y pide que se perdone tu error…” (Hechos de los Apóstoles 8, 15-23).

Guillermo Cabanellas define simonía como el “delito sacrílego que se comete comerciando cosas espirituales o anexas a ellas, como los sacramentos. Este negocio, considerado pecado grave, fue condenado por los concilios de Calcedonia, Trento y Letrán.

El Derecho Canónico se ocupa de la simonía en varios cánones: “Quien celebra o recibe un sacramento con simonía debe ser castigado con entredicho o suspensión” (Canon 1380) y … “Es inválida en virtud del derecho mismo la provisión de un oficio hecho con simonía”.

Imagino que Marcos (11:1518) tenía algo en asociación cuando puso en boca de Jesús, al sacar los mercaderes del templo “…mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones… pero ustedes la han hecho cueva de ladrones”.

De pronto por ahí sale una explicación a las modificaciones que de los mandamientos y libros de la Biblia hicieron unos purpurados interesados en abrirle las puertas a la idolatría y a ciertos negocios no muy santos, mandando al carajo la Biblia (la Reina Valera Antigua). Êxodo 20: 4-5.

4. “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni debajo de la tierra, …” 5. “No te inclinarás a ellas, ni las honrarás,… “Remata el Deuteronomio 5.7-“No tendrás dioses extraños delante de mi”.

Lo anterior salió de una revisión de apuntes sobre una fiesta de la Virgen de Carmen en Mariquita, en la cual el obispo del Líbano, salió en un sermón disparando cañonazos verbales contra los negociantes de los recursos espirituales y a propósito de la idea de un amigo quien estaba entusiasmado con el proyecto de crear una iglesia en su casa. Amplia, buen patio, pileta para baños de sanación y de purificación, amplio salón y muebles. Le faltaba asistir a un evento con buen movimiento para pulir el negocio.

Pero el sermón del obispo del Líbano lo desinfló y ahora está dedicado a la investigación trascendental: búsqueda de los restos de la ballena que se tragó a Jonás, la forma de redactar su teoría sobre el círculo cuadrado, su tesis sobre la fe que, según él, es creer en lo que uno no cree.

Y continúan sus avances para demostrar científicamente las ecuaciones y aparatos para localizar un político honesto, las razones del rasputiado Angarita, asesor sin par del cínico e imbécil que sabemos, para reptar y tender el petate al mejor postor, convirtiéndose así en el mejor ejemplo de lo que es un izquierdoso converso y prostituido.

El estudio también comprende las medidas del babero de Luis H. y obviamente todos los pormenores, técnicos y económicos, de las colosales obras que le dejó a Ibagué para los Juegos Nacionales.

Comentarios