Ganaderos y amigos cercanos a esta casa se sintieron bien interpretados, con los reclamos que formulamos sobre las barreras de admisibilidad para nuestros productos, en los mercados con los cuales se negoció un TLC.
Era inevitable, en vísperas del TLC con USA, volver sobre aspectos que desde un inicio causaron preocupación en la comunidad ganadera, para intentar un último debate e identificar asuntos que, sin duda, van a significar la quiebra de muchos.
El Congreso de la República reunió a representantes del gobierno y la sociedad civil, con la intención de conmemorar el “Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas”.
Bajo el título “Tráfico de versiones” publiqué, en mayo de 2009, una columna similar en su contenido a esta, cuando empezaron a circular listas de ganaderos y empresarios de diversos sectores,
Desde hace medio siglo, cuando la guerrilla nos declaró objetivo militar y sus voceros urbanos objetivo de la guerra ideológica y política, el gremio ganadero ha lidiado con el estigma de ser un sector terrateniente,
El deterioro de la seguridad dejó de ser un asunto de simple percepción ciudadana. En el último año y medio, la ola de criminalidad ha sido exponencial en casi todo el país. Los actos terroristas, los hostigamientos contra la fuerza pública, las masacres, el secuestro y el hurto se reactivaron a niveles que no veíamos en el último lustro.
Desde enero, cuando entró en vigencia la Ley de Víctimas, el tema de la propiedad rural eclipsó el debate nacional y destapó un polvorín, que apenas empezamos a percibir.
El desarrollo rural y ambiental del país está afincado, en buena medida, en la forma como se resuelvan las tensiones sobre el uso del suelo y el subsuelo.
La lectura, que al menos el 60 por ciento de los colombianos ha elaborado, sobre el proceso que se libró en la mal llamada zona de distensión, dista sustancialmente de la visión que presentaron los analistas de las universidades de Georgetown, Los Andes y el Cinep.