Comportamiento en el transporte público

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En esta temporada de fin de año, viajar a algún lugar sea cerca o más lejos es una de las actividades más usuales.

Así que desplazarse en vehículos de transporte público, ya sea interdepartamental o urbano, es algo tan común que no sobra hablar sobre el comportamiento adecuado en tales circunstancias, porque son muchas las faltas que comenten, tanto el conductor como los pasajeros, y que mortifican mucho a unos y otros.

Todos hemos vivido situaciones en que, hasta el trayecto por una buena carretera con un hermoso paisaje, se convierte en una verdadera tortura, porque los conductores o los viajeros son desconsiderados con  los demás.

En el uso del transporte público, precisamente por concurrir personas de tan diversas procedencias y costumbres se debe cuidar especialmente la manera de actuar y expresarse en todo momento.

Es preciso tener en cuenta que toda persona merece respeto y también cada uno debe actuar en forma respetuosa con quienes están a su alrededor; ello implica entender que cada uno tiene gustos y necesidades diferentes y que no se puede imponer aquello que responda al antojo o deseo del conductor o de algún pasajero en particular.    

Con el propósito de ayudar a su reflexión sobre cómo debe aplicar las anteriores consideraciones, a continuación se registran algunos aspectos que deben tener en cuenta: el conductor y los pasajeros:

El conductor debe:
Entender que su gusto por escuchar cierto tipo de música y con volumen alto no todos lo comparten y que por el contrario mortifica a muchos de los pasajeros que prefieren observar el recorrido o conversar con sus acompañantes. Por favor no aturdan a los pasajeros con la música.

En los viajes de más de dos horas es conveniente que paren y no se deben molestar porque algún pasajero lo solicita. Es posible que alguna persona quiera ir al baño, especialmente si van niños o personas mayores. Además, los pasajeros le agradecerán que lo haga en un sitio reconocido por tener batería de baño en muy buenas condiciones.

Cumplir las normas de tránsito establecidas, especialmente en lo relativo a velocidad, parqueo, revasamiento de vehículos, etc... A pesar de los mayores controles que hoy se tienen, muchos no las cumplen y generan una alta accidentalidad cuyas cifras nos asombran.

Dar tiempo para que las personas se suban y  bajen del vehículo, máxime cuando se trata de personas mayores.
Atender las sugerencias de pasajeros, sin molestarse.

Los pasajeros también deben hacer su parte y comportase correctamente, por tanto es bueno que tengan en cuenta:


Moderar el volumen con que hablan, no es preciso enterar a los demás pasajeros de su conversación.
Si el viaje es largo y lo hace en compañía de un menor, considere comprar pasaje para el niño así no incomoda a los vecinos. Y si no lo hace, cuide de ocupar su espacio sin invadir el de su compañero de silla.

Lleve las maletas en la bodega para no obstruir los pasillos con sus paquetes.


Fíjese en la ubicación de la silla que compre pues debe usar la asignada aún cuando no le guste. No insista en ocupar la de otro pasajero porque le parece más cómoda y si desea cambiar, espere hasta que hayan subido todos los pasajeros para identificar cuáles quedan libres para moverse.  


Si lleva su propio radio ponga el volumen sólo para usted, o utilice audífonos.


Evite perturbar a los demás pasajeros, especialmente algunos jóvenes a quienes les gusta "recochar" durante el viaje, tales comportamientos incomodan.    


No arroje al piso envolturas de alimentos desocupadas o basura, tampoco botellas vacías, estas últimas ruedan por el bus haciendo ruido. Tampoco bote la basura por las ventanas.


No escriba ni dañe el tapizado de la silletería.  

Si apenas conoce al vecino de viaje, no lo fatigue con tanta conversación.  Atienda los mensajes que le envía con la comunicación no verbal, ellos le dirán si al otro le interesa o no charlar.

Si le es posible ayudar a alguien que lo necesita, ya sea al bajarse, subirse, ceder el puesto a una persona mayor o enferma, una mujer embarazada, o cualquier otra circunstancia, hágalo con tacto, no sea que la persona se asuste dadas las circunstancias de hoy que hace que la gente esté prevenida. Pregunte si le puede colaborar.

 
Haga que los viajes largos o cortos sean momentos tranquilos y si es posible gratos. Recuerde que la urbanidad y la cortesía son para practicarlas en toda ocasión, inclusive en situaciones tan cotidianas como desplazarse de un lugar a otro.

Credito
MARTHA CRUZ Especial para EL NUEVO DÍA

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