Darío Echandía, sinónimo de gente trabajadora

 FOTOS JORGE CUÉLLAR - EL NUEVO DÍA
A un costado de la comuna 13 de Ibagué se ubica el barrio que, por admiración y respeto, acogió el nombre de uno de los más ilustres personajes del Tolima: Darío Echandía.

Más que un barrio, Darío Echandía es para sus habitantes un pulmón natural. Es la cuna de líderes que otorgan a este lugar un toque muy especial por su unión y trabajo en equipo.

Sus casas coloridas y sus calles parcialmente pavimentadas describen el entorno del sector. En uno de sus extremos se ubica uno de los sitios turísticos más importantes de la ciudad, y que, a su vez, ha dinamizado la presencia de propios y extraños: la fundación Orquídeas del Tolima, que, según sus vecinos, ha contribuido al desarrollo y al reconocimiento de la zona.

Un poco de historia

La historia del barrio comenzó en el año de 1982. Inicialmente se llamó Granada Parte Alta, pero, por iniciativa de sus primeros pobladores, fue cambiado su nombre en honor al chaparraluno Darío Echandía, quien fue presidente de Colombia en varias oportuni­dades.

De acuerdo con las voces de los fundadores, este sector, al igual que la mayoría de barrios populares de la ciudad, afrontó múltiples dificultades en su proceso de expansión. Entre ellos, la instalación de redes eléctricas y de acueducto y alcantarillado, así como la pavimentación de la malla vial.

“Un hombre inicialmente compró el terreno, luego lo dividió para posteriormente vender los lotes. Inicialmente éramos muy pocas familias, las calles eran destapadas, las rutas de buses nos dejaban lejos, pero la unión de todos hizo que poco a poco las autoridades nos fueran destinando re­cursos para el mejoramiento del bar­rio.

“Siempre hemos trabajado de la mano de los gobernantes, y con el apoyo de los vecinos siempre hemos hecho rifas y actividades en aras de reunir fondos para embellecer el ornato”, indicó Flor María Ramírez, presidenta de la Junta de Acción Comunal.

Lo mejor del barrio
La escuela de formación deportiva nació hace tres años; hoy es uno de los proyectos orgullo de los residentes de esta zona de la comuna Trece. Carlos Alberto Cortés es el responsable de entrenar a los cerca de 150 niños y jóvenes del sector.

“Esta es la única escuela de fútbol donde los niños no pagan ni un solo peso por inscripción o mensualidades. Nuestro propósito es que la juventud y la niñez se aleje de las drogas y de los malos vicios y, en lugar de esto, se entretengan de una forma sana.

“En esta parte de Ibagué hay muchos niños talentosos para el deporte; con ellos hemos viajado a municipios como Guamo, Espinal y Bogotá. Pero, infortunadamente como no tenemos apoyo por parte de los entes gubernamentales, a sus padres le toca aportar económicamente para los gastos de los traslados”, indicó Cortés.
 
Aspectos a mejorar
Dentro de las necesidades planteadas por la comunidad, se hizo énfasis en que en pleno siglo XXI el barrio carece de agua potable, a pesar de que luego de una orden judicial la Alcaldía está obligada a garantizar la prestación del servicio. En lugar de ello, los habitantes se abastecen de un nacimiento de agua ubicado en una finca cercana.

“Siempre hemos sufrido por el líquido, porque nos toca cada tres días recogerlo por dos horas. Cuando es temporada de invierno tenemos el servicio todos los días, pero por el mismo tiempo: dos horas. Nuestro máximo anhelo es llegar a tener agua  normalmente, como en todos los barrios de Ibagué.

Otra de las peticiones hechas por la comunidad es la construcción de una caseta comunal, aunque allí no existen terrenos propiedad del Municipio.

“A nosotros la Alcaldía no nos da dinero para comprar el lote, sino para la construcción de la caseta, entonces la idea es que ­alguna persona nos done un terreno dónde edificarla”, concluyó la Presidenta.

Credito
ANA LUCÍA RIVERA Q.

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