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Por ejemplo, en el caso del ozono, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) señala: “El ozono (O3) es un gas compuesto por tres átomos de oxígeno. El ozono se encuentra tanto en la atmósfera superior de la Tierra como a nivel del suelo. El ozono puede ser bueno o malo, dependiendo de dónde se encuentre. Llamado ozono estratosférico, el ozono bueno se produce naturalmente en la atmósfera superior, donde forma una capa protectora que nos protege de los dañinos rayos ultravioleta del sol. Este ozono beneficioso ha sido destruido parcialmente por productos químicos fabricados por el hombre, provocando el llamado “agujero en el ozono”. “La buena noticia es que este agujero está disminuyendo”.
Pero “el ozono troposférico -a nivel del suelo- (el malo) no se emite directamente al aire, sino que se crea mediante reacciones entre óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles. Esto sucede cuando los contaminantes emitidos por automóviles, centrales eléctricas, calderas industriales, refinerías, plantas químicas y otras fuentes reaccionan en presencia de la luz solar. El ozono troposférico es un contaminante atmosférico dañino debido a sus efectos sobre las personas y el ambiente. Es el ingrediente principal del ‘smog’. Este ozono “puede ser transportado a largas distancias por el viento, por lo que incluso las zonas rurales pueden experimentar altos niveles de ozono”.
Estas largas distancias pueden hacer llegar estos contaminantes a otros países. Una publicación de Nature Medicine (junio 3/2024) se titula: “Fuentes geográficas de contaminación del aire por ozono y carga de mortalidad en Europa”. Y señala: “La exposición a los niveles actuales de O3 en Europa es una fuente importante de mortalidad prematura por la contaminación del aire. Sin embargo, las acciones de mitigación se han diseñado e implementado principalmente a escala nacional y regional, sin una evaluación integral de las fuentes geográficas de la contaminación por O3 y sus impactos asociados en la salud. El O3 importado contribuyó al 88,3% de todas las muertes atribuibles al O3. Se concluyó que alcanzar las directrices de calidad del aire establecidas por la Organización Mundial de la Salud y evitar los impactos del O3 en la salud requieren no sólo la implementación de acciones nacionales o coordinadas, sino también estrategias globales”.
Sería interesante que nuestras autoridades ambientales estimularan el desarrollo de estudios orientados a establecer si Colombia también es afectada por estos contaminantes “importados”.
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