Los tres regalos de Dennis Ritchie

Dennis MacAlistair Ritchie murió el pasado 12 de octubre dejando al mundo con uno de los sistemas operativos más importantes e influyentes de la historia, un lenguaje de programación que cambiaría las reglas de juego para las generaciones siguientes, y un libro que se convirtió en una guía de buenas prácticas para millones de desarrolladores.

Como muchas piezas fundamentales de la tecnología de su tiempo, el sistema operativo Unix fue diseñado como un proyecto marginal en un ordenador de bajo rendimiento, en una época en que aún las máquinas más costosas tenían serias limitaciones.

Dennis Ritchie, uno de los dos desarrolladores de este sistema destinado a cambiar la historia de la computación, creó además el lenguaje de programación que se convertiría en la piedra angular del desarrollo de software de finales del siglo pasado. Esta semana el retraído científico de la computación abandonó el plano material para pasar definitívamente a la historia de la tecnología.

Creatividad sin claustrofobia

Los ordenadores que se usaban en 1967 ocupaban habitaciones enteras, funcionaban para varias decenas de usuarios al mismo tiempo, y tenían considerables limitaciones de procesamiento y memoria.

En esa época, grupos de ingenieros como los que trabajaban para Bell Labs podían diseñar sistemas operativos complejos y eficientes en el papel, pero estos no funcionaban cuando eran traducidos al lenguaje de las enormes máquinas. Una de esas utopías fue Multix, cancelado luego de cuatro años de trabajo.

Pero dos de los desarrolladores de Multix usaron al sistema imposible como inspiración, y a veces como advertencia de lo que no debían hacer,  para crear un sistema diferente, liviano, elegante. Factible. Los empleados fueron Dennis Ritchie y Ken Thompson, y el resultado de su trabajo: Unix.

Ritchie y Thompson tuvieron la suerte de convencer a Bell Labs de prestarles un ordenador para su nuevo proyecto, pero la máquina era modesta aún comparada con los otros modelos disponibles en ese momento. Los ingenieros decidieron que esas restricciones serían una motivación más para diseñar un sistema operativo liviano. Después de un año de trabajo, en 1970, la pareja mostró los resultados, y obtuvo una respuesta positiva: Bell decidió dotarlos con un computador para que continuaran el desarrollo de Unix.

En su propio lenguaje

Dennis Ritchie y Ken Thompson no siguieron las instrucciones de sus empleadores de Bell Labs cuando obtuvieron una máquina de última tecnología para continuar con el desarrollo de Unix.

Tenían una buena razón: el trabajo hasta el momento fue hecho específicamente para el equipo viejo con el que trabajaban. Para desarrollar Unix en su nuevo ordenador, Ritchie y Thompson decidieron crear primero un nuevo lenguaje de programación, al que llamaron ‘B’. Luego el lenguaje mejoró, y su versión definitiva llevó el nombre de ‘C’.

Entonces ocurrieron varias cosas, muy afortunadas para las nuevas tecnologías que Ritchie y Thompson habían creado.

Por haber sido desarrollado por Bell Labs de AT&T, una empresa mixta que no tenía permiso de competir en la industria tecnológica, Ritchie y Thompson podían distribuir Unix de forma gratuita a universidades e investigaciones de desarrollo. Y así lo hicieron.

Pero Unix no sólo fue recibido como el sistema eficiente que sus creadores habían querido diseñar en primer lugar; el lenguaje de programación C en que estaba codificado también se convirtió en un favorito académico, y desde ahí hizo una transición lógica, rápida y contundente a la industria.

Un libro y un legado

La importancia del lenguaje C para el desarrollo de software fue tan grande que, aún cuando sobrevino un lenguaje mejorado para reemplazarlo llamado C++, este mantuvo mucha de su funcionalidad básica, e incluso su nombre. En el caso de Unix, aún hoy miles de millones de ordenadores, dispositivos móviles y servidores de Internet utilizan una versión moderna y libre del sistema para operar.

Pero entre los grandes trabajos de Dennis está también una obra pedagógica: un libro titulado El Lenguaje de Programación C que publicó junto con su colega Brian Kernighan.

El texto pretendía dar soporte a quienes quisieran desarrollar aplicaciones con lenguaje de programación, pero también se convirtió en una referencia sobre buenas costumbres a seguir a la hora de programar piezas de software.

Después de recibir el Premio Turing en 1983 y una secuencia ininterrumpida de galardones y reconocimientos por sus aporte al desarrollo de la tecnología, generalmente compartidos con su amigo y colega Ken Thompson, el científico  de la computación Dennis Ritchie murió en su casa en Estados Unidos el pasado 12 de octubre.

BlackBerry estabiliza su mensajería

Al terminar una semana en que Apple presentó un servicio que podría competir con el sistema de mensajería entre teléfonos de la línea BlackBerry, la empresa fabricante de los dispositivos Research In Motion anunció que sus usuarios ya no deberían experimentar más fallas con sus redes de comunicación.

Desde el lunes los usuarios de teléfonos y tabletas BlackBerry en Europa, el Medio Oriente y Latinoamérica experimentaron fallas en el sistema que les permite enviar mensajes entre estos dispositivos y correos electrónicos, que a partir del miércoles afectaron también a los consumidores en Norteamérica.


El fenómeno resultó doblemente desafortunado para la empresa, que lleva varios meses buscando recuperar la atención del público frente a dispositivos táctiles como el iPhone o los teléfonos con Android, pues muchos de los usuarios no se limitaron a criticar la falla en el sistema sino que aprovecharon para analizar la posibilidad de buscar un dispositivo diferente como su próximo teléfono.

Aunque la tendencia no es reciente: la firma Nielsen informó en septiembre que, durante los tres meses anteriores, sólo 9% de los teléfonos inteligentes nuevos comprados en Estados Unidos fueron de la línea BlackBerry, contra 28% iPhones y 42% equipos con Android.

Según reportes, los inversionistas de Research In Motion habrían pedido el despido de varios directivos de la empresa, que ahora más que nunca podría necesitar de un cambio radical en su estrategia de competencia con los otros jugadores de la industria móvil, que hace años dominó precisamente por la velocidad y confiabilidad de sus servicios de correo electrónico y mensajería instantánea entre sus teléfonos.

Credito
JUAN MARTÍNEZ MARTÍNEZ

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