Son siete los capos del narcotráfico capturados durante el 2012

Colprensa/EL NUEVO DÍA
La captura esta semana de alias ‘Mi sangre’, líder de ‘Los Urabeños’, ocurrida en Argentina, es la séptima gran detención de la Policía contra jefes del narcotráfico en lo que va del 2012. La mayoría de estos delincuentes ha intentado refugiarse en países como Venezuela, Ecuador y Argentina.

La última de estas capturas se dio el martes 30 de octubre en Buenos Aires: allí encontraron escondido a Henry de Jesús López Londoño, alias ‘Mi Sangre’, el actual jefe de la banda criminal más grande de Colombia, ‘Los Urabeños’. Cinco investigadores de la Dijín se trasladaron desde mediados de septiembre a esa capital para seguirle el rastro al temido narcotraficante, de quien conocieron mantenía de restaurante en restaurante.

De él, el general José Roberto León Riaño, director de la Policía Nacional, explicó que desde hace dos años se hacía pasar como empresario en ese país, pero que cambiaba frecuentemente de ubicación entre Ecuador, Venezuela, Uruguay, Paraguay, Brasil, Panamá, Argentina y México para evitar la persecución de las autoridades.


Pero ni siquiera tener seis domicilios diferentes en Buenos Aires fue suficiente para ‘Mi Sangre’. Los seguimientos que se le hicieron, así como la información de una fuente humana, el apoyo de la DEA y las autoridades argentinas, permitieron establecer la ubicación del jefe de ‘los Urabeños’ y principal proveedor de cocaína para el cartel mexicano de ‘los Zetas’.


Trayectoria criminal
“La trayectoria criminal de alias ‘Mi Sangre’ comenzó en la década de los 90 en una alianza con Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’, y después con Carlos Castaño y Miguel Arroyave, en los Llanos Orientales”, dijo el general León Riaño.

De acuerdo con el oficial, ‘Mi Sangre’ se movía en siete países, entre los que están Paraguay, Brasil, Venezuela, Panamá y Argentina, de todos los cuales tenía pasaportes. “Se pudo establecer que estaba adelantando trámites para intentar establecerse en Ecuador”, agregó León Riaño.

Credito
COLPRENSA

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