Indignación nacional por ataque de las Farc en Pradera, Valle

ARCHIVO / EL NUEVO DÍA
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, insistió en que con sus acciones las Farc, además de demostrar una falta de respeto por la vida de los colombianos, muestran incoherencia entre lo que dicen en las mesas de diálogo y lo que hacen en el país.

La acción terrorista que dejó dos personas muertas y 35 heridas, entre ellas varios niños, dos de ellos de gravedad, en Pradera, Valle del Cauca, sigue generando voces de indignación.

El director de la Policía nacional, general José Roberto León Riaño, dijo: “Para que los jefes de Farc permanezcan con vida, tendrán que estar sentados en la mesa de diálogo en La Habana, de lo contrario correrán la misma suerte de sus cómplices o de los narcotraficantes que están a buen recaudo de las autoridades”.


Por su parte, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, enfatizó en que con sus acciones las Farc además de demostrar una falta de respeto por la vida de los colombianos, muestran incoherencia entre lo que dicen en las mesas de diálogo y lo que hacen en el país.


“Esa organización que da discursos allá en el exterior, haciendo una cantidad de alusiones a temas sociales, no tiene ninguna consideración con el pueblo colombiano, no tiene ningún respeto por los niños, por los adultos ni por los ciudadanos de bien”, puntualizó Pinzón.

    
Menores heridos
Dos de los menores de edad que resultaron heridos por esquirlas, tras la explosión de un artefacto en Pradera, permanecen bajo pronóstico reservado en centros asistenciales, a la espera de ser intervenidos quirúrgicamente.

Jairo Navia, médico del hospital San Roque de Pradera, explicó que la mayoría de los 35 heridos ya fueron dados de alta.


El alcalde de Pradera, Adolfo Escobar, confirmó que los dos menores heridos resultaron “gravemente afectados por las esquirlas”, y corresponden a niños de siete y 12 años que a la hora de la explosión participaban de la celebración del Halloween en el parque principal del municipio.

Los menores fueron remitidos al Hospital Universitario del Valle y a la Clínica Farallones, donde permanecen bajo supervisión médica.


Credito
COLPRENSA

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