Aproximaciones a la virtualidad

Eduardo Pilonieta Pinilla

La realidad virtual llegó para quedarse y cada vez más actividades han empezado a implementarla como verdaderas herramientas de trabajo.
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No obstante, el modelo necesariamente requiere que quienes intervienen en las comunicaciones virtuales adopten la compostura necesaria a pesar de que se pueda llegar a tener la sensación de libertad que produce, el sentirse interactuando con una máquina, cuando la realidad es que se hace con otras personas, razón por la cual se debe adoptar la misma actitud que tendríamos cuando lo hacemos personalmente.

Esto implica la necesidad de tener en cuenta no solo los factores internos, sino también los externos a fin de que la virtualidad fluya de la mejor manera posible. En cuanto a los segundos, se debe tener cuidado con la escogencia del entorno en el cual se interactúa, a fin de que éste sea lo más adecuado posible, tratando de eliminar todo aquello que pueda proyectar una imagen negativa como, por ejemplo, el desorden que pueda observarse, los ruidos molestos o la interferencia de otras personas ajenas a la conversación, procurándose un entorno discreto, sobrio y lo más elegante posible.

Es importante revisar cómo se va a ver su imagen proyectada, pues en más de una ocasión tenemos que interactuar con personas a quienes sólo le vemos la frente y el cabello, porque no se han tomado la molestia de ajustar la cámara, buscando un encuadre que le permita al receptor apreciarles por lo menos la totalidad del rostro.

Esto implica la necesidad de tener en cuenta no solo los factores internos, sino también los externos a fin de que la virtualidad fluya de la mejor manera posible. En cuanto a los segundos, se debe tener cuidado con la escogencia del entorno en el cual se interactúa, a fin de que éste sea lo más adecuado posible, tratando de eliminar todo aquello que pueda proyectar una imagen negativa como, por ejemplo, el desorden que pueda observarse, los ruidos molestos o la interferencia de otras personas ajenas a la conversación, procurándose un entorno discreto, sobrio y lo más elegante posible.

Es importante revisar cómo se va a ver su imagen proyectada, pues en más de una ocasión tenemos que interactuar con personas a quienes sólo le vemos la frente y el cabello, porque no se han tomado la molestia de ajustar la cámara, buscando un encuadre que le permita al receptor apreciarles por lo menos la totalidad del rostro.


 

Eduardo Pilonieta

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