Los hechos ocurrieron en la noche del domingo 28 de enero, en un segundo piso de una vivienda residencial del barrio doce de octubre de Medellín. En este lugar, los uniformados de la Policía Nacional hallaron el cuerpo de la mujer embalado en una maleta, metida en un costal de fibra.

Según las investigaciones, la joven, de 19 años, residía hace un tiempo en México. Sin embargo, había llegado a la capital de Antioquia para compartir con su pareja, quien se encontraba de permiso del Ejército. Lo había conocido a través de redes sociales.

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En el acta de inspección técnica al cadáver quedó consignado que la madre del presunto feminicida narró cómo llegó en horas de la tarde y su hijo le contó que no podía regresar al Ejército porque había matado a Isabella, pero que no le decía dónde estaba.

La madre, asustada, fue hasta el batallón donde laboraba su hijo para alertar sobre el crimen. En el informe de necropsia efectuado también se consignó la sevicia con la que el militar atacó a su pareja sentimental, encontrando más de veinte heridas de arma blanca en el cadáver.

“Ocho heridas por arma blanca en región cervical, siete heridas por arma blanca en región mamaria izquierda que ocasiona a su vez herida en pulmón", relató el juez del caso, citando las pruebas entregadas por la Fiscalía.

El togado añadió que en el proceso se dio cuenta de "tres heridas por arma blanca en abdomen, lado izquierdo, y finalmente seis heridas por arma blanca, mecanismo cortopunzante, en antebrazo izquierdo, que ocasionan heridas musculares, heridas compatibles con patrón de defensa”.

Al cadáver también se le realizaron imágenes de rayos equis, en las que se encontró que la víctima presentó amarres “de un lado riata al nivel de muñeca y de otro lado desde región cervical hacia piernas, que mantienen el cuerpo en posición fetal”.

Asimismo, la madre de Isabela, en diálogo con la Fiscalía, relató cómo el militar era bastante celoso y controlador, pues cuando hablaba con ella le pedía fotos, videos y hasta que compartiera la pantalla del celular para saber dónde y con quién estaba.

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“Sebastián le decía que si él se daba cuenta de que ella hablaba con otros hombres, a él no le iba a importar matar al que sea, hasta matarla a ella misma”, agregó.

Luego de hacerse conocido en caso por redes sociales, Villegas Córdoba se presentó voluntariamente a las autoridades en Bello (Antioquia). La Policía Judicial hizo efectiva la orden de captura que ya había sido solicitada por la Fiscalía.

A pesar de que el hombre no aceptó los cargos luego de la imputación del delito de feminicidio agravado, el juez de control de garantías ordenó su traslado a un centro carcelario, argumentando, como lo hizo el ente investigador, que es necesario salvaguardar a la comunidad.