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El día 18 de abril, una tragedia sacudió las tranquilas instalaciones de la Clínica Medellín, cuando John Ferney Cano González irrumpió en uno de los consultorios y acabó con la vida del médico urólogo Juan Guillermo Aristizábal. Pero el horror no terminó ahí: después de cometer el crimen, incendió el lugar y emprendió una huida desesperada que culminó con su propio suicidio.
Las sombrías motivaciones detrás de este acto de violencia salieron a la luz tras el lamentable suceso. Cano González confesó haber perpetrado el asesinato como un acto de “venganza” por un procedimiento médico al que fue sometido por el profesional el año 2021.
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Una extensa narrativa de 362 páginas, titulada “Memorias de un loco sensible”, escrita por el homicida durante varios años, reveló el tormento interno que lo llevó a cometer tan atroz crimen. En sus páginas, Cano González detalló el encuentro con el urólogo Juan Guillermo Aristizábal Vásquez y cómo este episodio marcó el inicio de su tortura psicológica.
“Para agosto de 2020, conocería a quien considero mi mayor enemigo, un infame del cual me arrepiento amargamente haber conocido, un tipo que traería desgracia a mi vida y llamado Juan Guillermo Aristizábal Vásquez. ¿Cómo pude haber caído en sus asquerosas garras?, maldito hijo de puta. Mentiroso y traidor. ¿Cómo pude haber confiado en semejante basura?”, lamentó Cano González en el documento.
El homicida marcó el día de su tragedia: el 21 de octubre de 2021, fecha en que el urólogo Aristizábal le realizó un procedimiento quirúrgico. Desde entonces, según sus propias palabras, Cano González experimentó un tormento físico y mental que lo llevó a pensar cómo desahogarse.
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En un tono cargado de odio y desesperación, el asesino expresó su profundo rencor hacia el médico, describiendo fantasías violentas de venganza. “Ese infame se ha topado con la persona equivocada, lo odio como nunca había odiado a alguien. Es un sentimiento indescriptible, de solo pensar en esa escoria imagino en mi mente fulminarlo en reiteradas ocasiones con una pistola hasta perforar todos sus asquerosos órganos, especialmente su putrefacto corazón”, escribió en una parte del manuscrito.
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