Yvonne Serrano, de origen panameño, ha sido declarada culpable del asesinato en segundo grado de Daniela Tabares Maya, una joven colombiana de 21 años.

Según los informes judiciales, Serrano y Tabares Maya eran amigas que se conocieron en el gimnasio donde ambas entrenaban. La noche del asesinato, salieron juntas y consumieron alcohol. Daniela, al ver que Serrano estaba más ebria, se ofreció a llevarla a su casa.

Al día siguiente, el cuerpo de Daniela fue encontrado en su automóvil, estacionado frente a la casa de Serrano, con un disparo en la cabeza. Aunque Serrano fue quien llamó a la policía para reportar el caso, la investigación reveló que intentó manipular la escena del crimen: lavó la camisa que llevaba esa noche y borró las imágenes de las cámaras de seguridad de su casa antes de alertar a las autoridades.

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 La acusada dio varias versiones contradictorias de los hechos, incluyendo la afirmación de que encontró el cuerpo al salir de su casa hacia el gimnasio, y otra en la que dijo haber perdido el conocimiento y despertado en su cama.

Isabel Tabares, la madre de Daniela, expresó su dolor y comentó que se encontraron huellas de Serrano en las puertas del automóvil, lo que sugiere que el disparo fue premeditado. "Ella se bajó del carro y desde la parte de atrás del carro le disparó a mi hija", declaró Isabel Tabares.

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Daniela Tabares Maya, oriunda de Cali, Colombia, era estudiante universitaria en Miami. Sus familiares y amigos la recuerdan como una joven talentosa y prometedora.

Serrano enfrenta una posible condena de cadena perpetua, con la sentencia programada para el 12 de agosto. El juez considerará la gravedad del crimen y las circunstancias del caso al determinar la pena final, en un juicio que ha generado gran consternación tanto en la comunidad colombiana como en Coral Springs.