El grado de antigüedad del parque automotor se puede asociar de manera directa con la competitividad, sobretodo en un contexto como el colombiano, en el que una gran parte del transporte de carga se efectúa a través de las carreteras.

Solo en 2019, el 81 por ciento de la carga que se movilizó por Colombia, se llevó a cabo a través de ese modo, usando camiones y tractocamiones, conocidos de manera coloquial como ‘mulas’.

En este sentido, los resultados del Informe Nacional de Competitividad (INC) 2023-2024, realizado por el Consejo Nacional de Competitividad y que fue divulgado esta semana, describe los efectos de los costos del transporte de carga y la regulación normativa que, según el estudio, no ha permitido la modernización de la flota.

“Teniendo en cuenta que el sistema de transporte terrestre de carga es el responsable de movilizar buena parte de las mercancías del país, no sorprende que los precios que se generen en este mercado terminen afectando considerablemente los costos de transporte a nivel nacional.

“Tales costos constituyen obstáculos para la competitividad, por lo que, de hecho, es clave disminuirlos para promover la facilitación del comercio exterior”, señala el documento.

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Sumado a los costos de transporte por tonelada, está el asunto de la renovación de los vehículos. De acuerdo con el informe del INC, en ese proceso aún se sienten los efectos negativos de dos normas que ya fueron derogadas, pero que ‘congelaron’ el transporte de carga por varios años.

Se trata del Decreto 2085 de 2008, que impuso la política “uno a uno”, y la Resolución 332 de 2017, que dispuso el “uno a tres”, en donde entraba un camión nuevo por cada tres camiones que cancelaran su matrícula.

“(…) Un estudio de Defencarga (2018) demostró que esta política no permitió la modernización de la flota y, desde 2019, se dio una apertura definitiva al mercado de vehículos de carga”, asegura el documento de la INC.

Los ‘coletazos’ de ambas normas han causado que el 18 por ciento del parque automotor colombiano supere los 11 años de antigüedad y un 25 por ciento supere los 16 años.

Sumando ambos, se tiene que el 43 por ciento de la flota colombiana tiene una antigüedad mayor a los 11 años. Un resultado preocupante, según el estudio.

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Al revisar por departamentos, se tiene que Vichada y Boyacá lideran el listado de regiones cuyos vehículos son más antiguos. El 33 por ciento de los automotores tiene más de 16 años de antigüedad. Es decir, uno de cada tres rodantes, es ‘viejo’.

Después les siguen Valle del Cauca y Cundinamarca, ambos con un 30 por ciento de vehículos de más de 16 años de antigüedad..

En quinto lugar está Tolima. De acuerdo con el estudio, alrededor del 29 por ciento de su parque automotor tiene una antigüedad mayor a 16 años, mientras el 17 por ciento tiene de 11 a 15 años.

Es decir, al menos el 46 por ciento del total de vehículos de carga que está en operación tiene más de 11 años, lo que significa que la mitad de la flota es relativamente vieja. En contraste, el 28 por ciento tiene entre cero y 50 años y un 26 por ciento tiene de seis a 10 años.

De otra parte, los departamentos con el parque automotor menos ‘viejo’ son Amazonas y Chocó, con un seis y 11 por ciento, respectivamente, para el caso de los vehículos con más de 16 años de antigüedad.

¿Por qué es importante?

Según el informe del INC, la edad del parque automotor no solo es un aspecto que termina afectando la productividad del transporte de carga, “sino que también es clave para promover un modo carretero que contribuya a la sostenibilidad ambiental”.

Y agrega, que “el transporte representa el 12 % de las emisiones de gases de efecto invernadero en el país, la mitad de las cuales corresponde a camiones pesados y buses (Ministerio de Transporte, 2021a)”.

Dato: Además de contar con una flota antigua, la tasa de informalidad del sector de transporte y almacenamiento es una de las más altas de América Latina, lo que también es afectado, entre otras razones, por multiplicidad de requisitos en la habilitación de pequeños transportadores.