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La falta de acceso a algún tipo de energía adecuado y de calidad, afecta de manera directa la calidad de vida de millones de hogares colombianos.
En Colombia, alrededor de 9.6 millones de personas viven en pobreza energética, un indicador que evidencia la desigualdad que existe en el país, y cuya situación es más crítica al comparar las zonas rurales con las urbanas.
De acuerdo con el Informe Nacional de Competitividad (INC) 2023 – 2024, en el territorio nacional, el 18.5 por ciento de la población está en esa condición.
Las cifras citadas por el INC pertenecen al Índice Multidimensional de Pobreza Energética (Impe), un novedoso y útil estudio adelantado por la fundación Promigas e Inclusión S.A.S.
El Impe define la pobreza energética como una “situación en que la persona o el hogar no tiene la posibilidad de llevar a cabo un conjunto básico de realizaciones humanas que usan como medio una fuente de energía adecuada y de calidad”.
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El estudio analizó el acceso que tienen las familias y ciudadanos a fuentes de energía como la red eléctrica, gas natural, entre otras que inciden en la calidad de vida de la población colombiana.
“Sin energía no hay desarrollo posible. La energía, en sus múltiples formas, es un habilitador del bienestar humano. Los hogares necesitan energía para ser funcionales y cómodos, para que las personas que viven en ellos puedan estudiar, trabajar, alimentarse, descansar, prepararse para la vida del trabajo o el estudio fuera de allí”, señala el Impe en un comunicado.
El informe está compuesto por cuatro elementos: acceso y calidad de la energía; vivienda funcional y liberadora de tiempo; aprender a comunicarse y territorio equipado para el bien-estar.
Otro concepto relevante del estudio, es el de “privación en energía”, la cual se refiere a la “carencia de acceso a energía adecuada, o a una falta de capacidad económica para pagar por ella”.
Panorama nacional
A nivel nacional, se analizaron los 32 departamentos más Bogotá. Los que registran los niveles más altos de pobreza energética, son: Vichada (88.7 por ciento), Vaupés (88 por ciento) y Guanía (73 por ciento); en contraste, las regiones con los mejores resultados, son: Quindío (1.8 por ciento), San Andrés (1.9 por ciento) y Bogotá, con apenas el dos por ciento.
El Tolima, por su parte, ocupa el puesto 13 en el listado de departamentos liderado por Quindío. Con un índice de 20.3 por ciento, la región tiene un reto importante, considerando que dos de cada 10 personas o dos de cada 10 hogares son pobres energéticos.
Se calcula que en el Departamento 273 mil 285 personas están en pobreza energética, frente a un millón de ciudadanos que no están en esa condición.
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En el escalafón, debajo del Tolima está Boyacá, Cesar y Arauca, todos en el rango de entre el 20 y el 30 por ciento, sin embargo, Atlántico (14.8 por ciento) y Huila (12.8 por ciento), lo superan por varios puntos porcentuales.
Así las cosas, el Impe destaca que para reducir la pobreza energética las estrategias deberían ser diferenciadas de acuerdo con la situación de cada departamento.
En ese sentido, las políticas y estrategias en departamentos como Tolima, Córdoba, Sucre, Bolívar, Magdalena, La Guajira y Caquetá, según el Impe, deberían estar enfocadas en el componente de acceso a energía adecuada y de calidad, muy distinto que en regiones, por ejemplo, como Quindío.
Brecha es inmensa
Al igual que ocurre con otros estudios sobre pobreza como los reportados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), en los datos del Impe reflejan las grandes desigualdades entre las zonas rurales y urbanas del país.
El Impe revela que la pobreza energética en la zona rural remota es 11 veces la de los grandes centros urbanos (47,9 por ciento vs.4,3 por ciento).
Asimismo, se indica que el mayor problema que enfrenta el total de colombianos que viven en pobreza energética, es el de acceso y calidad a las fuentes.
El ocho por ciento no tiene energía eléctrica, el 61.8 por ciento vive en municipios con mala calidad de este servicio y el 47.4 por ciento cocina con leña, carbón y desechos.
De la misma manera, el Impe destaca la relación entre pobreza multidimensional y pobreza energética.
Señala que de los 9.6 millones en condición de pobreza energética, 3.4 millones son pobres según el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), mientras 6.2 millones no lo son. Es de recordar que el IPM (reportado por el Dane) se basa en el nivel de ingreso de las personas y de los hogares.
Entre tanto, 3.5 millones de personas no son consideradas pobres según sus ingresos, pero sí están en condición de pobreza energética. Asimismo, resalta el informe que 14.6 millones de personas en el país son pobres, según el IPM, pero no están en pobreza energética.
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