PUBLICIDAD
A través de una declaración oficial, la Unión de Cafeteros de Colombia, que recoge voceros de cafeteros de base de Nariño, Cauca, Tolima, Valle, Quindío, Risaralda y Caldas, anunciaron que habrá paro cafetero. Aunque lo aplazan, su intención es hacerlo.
Según, líderes nacionales cafeteros reunidos en Pereira, la protesta representa las voces de las bases cafeteras. Además, atendiendo la situación de la recogida de la cosecha cafetera, los sucesos de las elecciones regionales y el debate que los representantes a la Cámara de la región cafetera harán en el Congreso, decidieron aplazar el paro cafetero hasta que transcurran estos eventos.
Advirtieron en el comunicado que siguen firmes en la decisión de convocar el paro cafetero ante la desatención del gremio para la que se han puesto de acuerdo la Federación y el Gobierno nacional.
"Los paños de agua tibia que han ofrecido como respuesta a nuestras peticiones, en nada resuelven la crisis cafetera. No hemos recibido ni un peso de apoyo al precio interno, ni protección ante la importación masiva de café y tampoco voluntad para atender nuestras exigencias de cara a una reestructuración de fondo a nuestra Federación de Cafeteros, que ha sido tomada por 15 burócratas directivos del gremio que llevan más de una década atornillados allí y algunos ni cafeteros son", reclamaron estos caficultores.
Agregaron que, desde su cómoda representación pagada por los miles de millones que sacan de contribución cafetera, ponen gerentes de bolsillo y proyectan costos de producción a la baja. "Les recordamos: nosotros, no somos limosneros, somos cafeteros".
Reclamos en una tienda Juan Valdez
Esta carta se suma a los recientes reclamos que se hicieron viral por medio de un video de redes sociales en el que se ve cómo un grupo de cafeteros realizaron en la tarde de este sábado 23 de septiembre una curiosa protesta en una tienda Juan Valdez, en donde compraron 10 tintos.
Con la factura en mano, los cafeteros reclamaron porque los 10 tintos les costaron $45.000, es decir, a $4.500 cada uno, “y esto no hace justicia con la libra de café que nosotros vendemos a $4.000”.
Resulta que el pasado 17 de agosto el gremio cafetero envió un escrito formal señalando una lista de demandas al Gobierno Nacional, pero debido a que los requerimientos siguen sin ser resueltos y ante el descontento del manejo de costos por parte de la Federación, los cafeteros se mantienen firmes en salir a paro, aunque por ahora esté aplazado.
“Nos estamos organizando en las regiones para salir a un paro cafetero nacional. 45.000 pesos pagamos por 10 tintos, en una entidad que dice ser nuestra pero que, en la realidad, en su gran mayoría, la tienen las multinacionales y los ricos del país, no nosotros que somos los productores de café”, denunciaron los líderes cafeteros a través de la Unión de Cafeteros de Colombia, en la cuenta X.
También señalaron que incluso intentaron sacarlos del punto de venta de Juan Valdez cuando comenzaron a hacer la denuncia.
Las manifestaciones tendrían lugar 10 años después de un gran paro nacional cafetero registrado en 2013, y esta vez la situación se asemeja a la de ese entonces.
Estos caficultores han asegurado que “nos pusimos de acuerdo con líderes del departamento de Quindío, del Huila, del Valle, Caldas, Antioquia y buena parte de los líderes que estuvimos en el paro del 2013, por razones muy similares”.
Paro cafetero del 2013
El paro cafetero en Colombia de 2013 fue un movimiento de protesta liderado por los agricultores de café en Colombia, que tuvo lugar a principios de ese año.
Los agricultores estaban protestando principalmente debido a los bajos precios internacionales del café, que estaban afectando gravemente sus ingresos y haciéndoles difícil mantener sus cultivos de café.
Aquí hay algunos de los eventos y demandas claves relacionados con el Paro Cafetero de 2013:
1. Precios bajos del café: Los agricultores de café en Colombia se enfrentaron a precios internacionales del café que estaban en niveles históricamente bajos. Esto llevó a una disminución significativa en los ingresos de los agricultores, lo que les dificultaba cubrir sus costos de producción y mantener sus fincas.
2. Demandas de precios justos: Los agricultores que participaron en el paro exigieron al gobierno colombiano medidas para garantizar precios justos para su producto. Querían que el gobierno estableciera un precio mínimo para el café que les permitiera cubrir sus costos de producción y obtener ganancias razonables.
3. Protestas y bloqueos: Durante el paro, los agricultores realizaron protestas y bloqueos en carreteras en algunas regiones cafeteras de Colombia. Estas acciones tenían como objetivo llamar la atención sobre sus demandas y presionar al gobierno para que tomara medidas.
4. Diálogo con el gobierno: El gobierno colombiano respondió a las protestas convocando a los líderes del movimiento para entablar un diálogo y negociar posibles soluciones. Se llevaron a cabo conversaciones entre representantes de los agricultores y funcionarios gubernamentales.
En resumen, el paro cafetero de 2013 en Colombia estuvo impulsado principalmente por la crisis económica que enfrentaban los agricultores de café debido a los bajos precios internacionales del café. Sus demandas se centraron en medidas que les permitan obtener ingresos más justos y mejorar sus condiciones de vida y trabajo.
Reestructuración de la Federación de Cafeteros
A mediados de septiembre, el gerente general de la Federación de Cafeteros en Colombia, Germán Bahamón, anunció una transformación y modernización del gremio en todo el país, en especial en la sede central, que se ubica en Bogotá.
Entre los cambios, se lee en una carta que envió a todos los cafeteros del país que las decisiones en materia de transformación de la Federación son para hacer al gremio más eficientes y transferir mejores servicios a los caficultores, por eso se impone la necesidad y meta de reducir en 20 % en los gastos de la sede de Bogotá.
Ante esto, Bahamón resumió que la transformación comenzará con tres frentes: 20 % de reducción de los gastos operativos, menos cargos directivos, más cercanía a las regiones y eliminación de gastos superfluos.
Vanguardia conoció que la venta de los bienes de la Federación en Nueva York y Tokio más la supresión de esos siete cargos directivos le cuestan $2.500 millones al año y con la eliminación de gastos superfluos serían $500 millones más.
Hay que recordar que el presidente Gustavo Petro el pasado 16 de agosto, en un encuentro con el sector caficultor en Pitalito, Huila, señaló que la Federación Nacional de Cafeteros debe reestructurarse.
Petro también aprovechó para referirse a la Federación Nacional de Cafeteros, sobre la cual dijo que “esta es una institución privada, tienen unos salarios que son como los de Ecopetrol. Un caficultor promedio puede ganarse $12 millones al año, mientras que el gerente del gremio puede estar ganándose $200 millones. No puede ser así la representación gremial del mundo cafetero”.
Añadió, en su intervención, dijo que considera necesario que se reestructure la Federación Nacional de Cafeteros.
“Existe un contrato entre el Gobierno y la Federación, que maneja un recurso público, este es el Fondo Nacional del Café. Si la Federación no se reestructura, se acabará el contrato del Fondo Nacional del Café”.
Por tanto, el presidente Gustavo Petro abre la puerta a quitarle el manejo del Fondo Nacional del Café a la Federación.
Problema de rentabilidad
En un informe reciente de esta redacción, se reveló que la Federación Nacional de Cafeteros atraviesa un momento crítico por cuenta de la caída del precio de carga del grano, las persistentes tensiones entre el Gobierno Petro y el gremio por el Fondo Nacional del Café, los bajos volúmenes de exportaciones, ‘el dolor de cabeza’ por menor rentabilidad en el cultivo y el escándalo de entrada de café robusta al país.
En una entrevista reciente con Vanguardia, el gerente general de la Federacafé, Germán Bahamón, expresó su preocupación por el precio de la carga de café en Colombia, que de abril hasta la fecha ha caído en 33 %. Además, influyó el comportamiento de la tasa de cambio que, en estos meses, ha visto una apreciación del peso colombiano.
“Esto definitivamente nos pone hoy en unas condiciones que nos preocupan muchísimo porque somos el primer renglón agrícola del país. De esta manera, el renglón cafetero tiene en este momento un problema de rentabilidad”, advirtió.
Y cuando habló de rentabilidad se refirió a cómo en este momento se afecta el precio de la cotización en la Bolsa de Nueva York, que ha puesto la carga del café alrededor de $1’300.000. Este valor está por debajo del costo de producción.
“Recordemos que el café es un producto cíclico y si sembró hace dos años un árbol de café, ahora empieza a tener su primera carga. Entonces los costos que se tuvieron por insumos altos, mano de obra de recolección no compensan ahora con un precio bajo. Eso genera una presión de rentabilidad”, explicó el gerente de la Federación.
¿Cuál es la crisis cafetera?
En su última columna, Andrés Hdo Bodensiek, magíster en Economía agrícola y de los alimentos en doble titulación entre SLU -Universidad Sueca de Ciencias Agricolas- y la Universidad de Bonn, titulada 'Petro, Fedecafé y Ocampo, Insensibilidad frente a la crisis cafetera, planteó que ni el gerente Bahamón ni el presidente Petro han atacado los problemas principales de las bases cafeteras: un precio interno inferior a los costos de producción que ocasiona pérdidas económicas a los cafeteros.
"La arroba se está pagando entre $110.000 y $120.000 en distintas regiones del país, lo cual desmiente la afirmación del exministro. Tampoco se han hecho cargo, ni el Gobierno ni la Federación, del problema que implican las importaciones de grano y la entrega del mercado interno, que hasta julio alcanzaron los 850.000 sacos", dijo el analista económico.
Sentenció que es inaudito que Colombia esté importando también semillas de café desde el Brasil, 52.800 kilos para ser exactos, como lo denunciaron en una columna reciente, Aurelio Suárez y el dirigente cafetero Duberney Galvis. Pero que "insólitamente, la dirigencia de Fedecafe defiende las importaciones y le da la espalda a los federados".
Agregó que la quiebra de tres de las 33 cooperativas cafeteras ya denunciada tampoco ha sido atendida. Durante el 2022, 14 de estas tuvieron números en rojo, otro problema sin atender.
"No sobra hacer énfasis en que mientras la dirigencia de Fedecafe no cambie, este enfoque evasivo hacia los problemas de fondo de los cafeteros de a pie persistirá... Como se ve, la política cafetera del gobierno trata de centrarse en reducir costos y no en ajustar precios, es obvio que no se quiere asumir el costo fiscal de lo segundo", advirtió el columnista.
Y concluyó que al igual que con el Gobierno nacional, el cambio en la gerencia de Fedecafe no se nota, pues Bahamón y Petro siguen adoptando las mismas medidas que sus antecesores trataron de implantar.
MÁS NOTICIAS
El precio del dólar sigue a la baja en Colombia y ya se cotiza en los $3.800
¡Pilas! Nequi lanzó tentadora campaña para ganarse 15 millones: hay más premios
Salario mínimo en Colombia podría aumentar por encima del 10% para 2024
Comentarios