Luis Carlos Salinas: un ibaguereño que salva vidas en las aulas

Crédito: Suministrada / El Nuevo Día25 años salvando vidas a través de la educación
Luis Carlos Salinas es un docente apasionado, con 25 años de experiencia que con su historia, entre la vocación y la crítica constructiva, inspira un cambio necesario en la educación.

Redacción: @nataliagualanday
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En el corazón de Ibagué, Luis Carlos Salinas, un destacado docente del Colegio San Simón, ha dedicado su vida a la educación, acumulando 25 años de experiencia en la enseñanza, dos décadas como docente universitario. Su historia, forjada por la influencia de maestros en su adolescencia, revela una vocación sólida y un compromiso inquebrantable con la formación de jóvenes.

Con una formación académica impresionante, Salinas es un profesional en ciencias sociales y sociólogo de pregrado, especialista en derechos humanos y competencias ciudadanas en posgrado, y doctor en ciencias de la educación. Su carrera ha abarcado diferentes regiones de Colombia y la región Tolima, dejando un impacto significativo en cada comunidad que ha tocado.

“Decidí ser docente y dedicarme a la docencia como vocación porque precisamente tuve la influencia de otros maestros docentes desde la época del bachillerato y en los años 80, a principio de los años 90. Algunos docentes también me impulsaron para poder seguir adelante y no tenía ninguna posibilidad realmente de estudiar, por las condiciones de pobreza en que vivía junto a mi familia y algunos docentes pagaron algunos semestres míos en la Universidad del Tolima para yo poder estudiar”, recuerda con humildad, el profesor.

Salinas destaca la importancia de la educación como servicio a la humanidad, especialmente a los jóvenes colombianos. Comparte sus experiencias, iniciando proyectos educativos y trabajando con jóvenes en diversas ciudades, líderes sociales y zonas rurales.

Su perspectiva sobre la docencia va más allá de la transmisión de conocimientos; considera cada día en el aula como significativo y capaz de cambiar vidas.

“La labor docente o pedagógica es una labor que transforma vidas, que salva vidas. Sí, no está en ningún manual de función salvar vidas. Pero los docentes salvamos muchas vidas. A veces, sin darse cuenta, otras veces dándose en cuenta”.

En el contexto colombiano, Salinas no es solo un educador, sino un crítico constructivo del sistema educativo. Señala que, a pesar de los 200 años de existencia, la educación no ha evolucionado significativamente. Mientras las estructuras sociales y tecnológicas han avanzado, la educación sigue anclada en una infraestructura que refleja el poder y está influenciada por la cultura religiosa católica.

Para Salinas, el sistema educativo colombiano enfrenta problemas fundamentales, desde la falta de herramientas para los docentes hasta la sobrecarga de estudiantes en las aulas. Critica la falta de diagnósticos adecuados, la carencia de recursos tecnológicos y las condiciones precarias en áreas rurales, que afectan negativamente la capacidad de aprendizaje de los estudiantes.

“Un niño con un diagnóstico de déficit cognitivo en medio de 40 o 50 estudiantes, pues es como una gotita en una taza de arena, se pierde porque no puede haber una educación como la merece ese ser humano”, reflexiona el profesor Salinas.

Y continúa con su posición crítica. “Ahora los chicos son de talla más grande, son más altos y están sometidos muchas veces a un año de estar en una silla que parece para niños de preescolar. Eso afecta la salud, por supuesto, y estar incómodo en una silla en una clase es complicado y de ahí vienen otros temas que se le atribuyen a los docentes, pero realmente son parte de la crisis social y de los cambios sociales”.

Salinas destaca el papel crucial de los docentes, describiéndolos como héroes que, ante la falta de apoyo estatal, invirtieron sus propios recursos para garantizar la continuidad educativa en el entorno virtual.

“los héroes existen, son los docentes que garantizaron a esos millones de niños en Colombia la educación en pandemia”.

Con el deseo de mejorar la calidad educativa, Salinas ofrece consejos a los futuros docentes. Advierte sobre la elección de la docencia por necesidad y no por vocación, enfatizando que la enseñanza debe ser una labor transformadora y vocacional.

“Un docente debe ser un pensador, pero también un humanista. Sí, porque más allá de ver a un estudiante como estudiante, lo que tiene que ver es un ser humano”.

Critica la falta de preparación en profesionales de diversas disciplinas que ingresan a la docencia sin la formación necesaria.

En sus últimas reflexiones, Salinas aboga por una educación que impulse el cambio social y supere prejuicios y valores heredados. Su mensaje es claro: la educación no solo debe adaptarse al contexto actual, sino liderar el camino hacia un futuro más inclusivo y equitativo. Luis Carlos Salinas, un maestro que va más allá del aula, dejando huellas en la vida de sus estudiantes y desafiando las estructuras educativas colombianas.

Credito
Natalia Gualanday / El Nuevo Día

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