El lugar y la hora de la ceremonia se mantuvieron en secreto para respetar el carácter privado de las exequias de la cantante muerta a los 27 años, llorada desde hace cuatro días por millones de fans. Pese a ello, admiradores y fotógrafos se congregaron a lo largo de la carretera que conduce al cementerio de Edgwarebury.
La joven, de confesión judía, vivía en el norte de Londres, donde se encuentra también el domicilio de sus padres.
Entre los presentes, varios centenares en total, estaba Mark Ronson, productor de una parte del álbum "Back to Black" en 2006, que convirtió a Amy Winehouse en una estrella.
Mitch, el padre de Amy Winehouse, un ex taxista convertido en cantante de jazz del que ella era muy cercana, concluyó su oración fúnebre dirigiéndole estas palabras a su hija: "buenas noches mi ángel, duerme bien. Tu padre y tu madre te quieren más que nunca".
Tras las oraciones en inglés y hebreo, la familia y los amigos entonaron la canción predilecta de la joven, "So Far Away", de Carole King. Más tarde, Amy Winehouse fue incinerada en un crematorio cercano, utilizado en el funeral de su abuela.
"Espero que esté en paz ahora", escribió el cantante George Michael en su cuenta de Twitter. "Era una de las más grandes cantantes de todos los tiempos. Ése es el recuerdo que habrá que guardar de ella".
Amy Winehouse fue hallada muerta el sábado en su apartamento de Camden Town.
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