Dar consejos para muchos es tan fácil, tan natural, que van por la vida tratando de ajustarle a los demás sus asuntos personales. Y lo hacen a veces de manera imprudente, tal vez sin darse cuenta. Creen que tienen la última palabra, la autoridad, o sencillamente piensan que todos deben vivir como ellos viven, cuando la vida de los demás no es homogénea. Recuerde que cada mundo es personal, y en la toma decisiones influye su experiencia de vida.
Por eso es importante que usted se frene a tiempo a la hora de ir arreglándole la vida a su pareja, a su familia, a sus amigos, incluso extralimitarse de su círculo más cercano y sentirse con la autoridad de involucrarse en la vida de sus compañeros de trabajo o vecinos.
Quizá usted lo haga convencido de sus buenas intenciones, pero muchas veces no es ni el momento, ni la palabra adecuada. Inmiscuirse puede generar el efecto contrario, como el mismo fastidio. Incluso la persona puede alejarse de todos, si esa situación se la encuentra a donde va.
Sepa guardar respeto por el otro y aprenda a dar su opinión solo cuando se la piden.
¿Será que todos tienen la razón?
Desde el vecino, pasando por el portero, su hermana, sus papás, su pareja, su compañero de trabajo, todos.
Lo anterior lleva a la persona a sentirse aburrida o asfixiada ante tanta insistencia de los demás y cantidad de consejos formulados.
Pero si usted se detiene y hace otra lectura del entorno, quizá lo que le estén indicando es que algo en su vida no está en orden y es tan notorio que todos se sienten casi que comprometidos a que abra los ojos.
Lo importante en ese caso es que escuche, no se irrite, en el caso de que le choque pida prudencia a los demás a la hora de hablar sobre su vida, pero eso sí, busque verdaderos terapeutas que le ayuden a trabajar en esas falencias.
Frente al tema, explicó la psicóloga Ana Juliana Becerra, lo mejor es hacer un filtro que consiste en preguntarse si es un problema para mí que los demás opinen de mi vida o no.
“Uno no debe cambiar cosas con las que se sienta cómodo, sin embargo, si es una alerta de los otros debo revisarla. Si te trae problemas, si has tenido dificultades con otras personas por eso, en ese momento cobra peso todo lo que te hayan dicho, antes no”, enfatizó Becerra.
“Conté mis problemas y ahora todos quieren solucionarme la vida”
Es real. Suele suceder en la gran mayoría de las personas. Contar sus problemas a su círculo cercano se convierte en todo un desahogo. Sobre todo, porque quieren escuchar versiones, puntos de vista, ante tanta confusión en la que se encuentran.
Pero esto solo hace que encuentren diversidad de respuestas, incluso encontradas y la confusión se haga mucho más grande.
Al respecto, la psicóloga Ana Juliana Becerra dijo que “esa actitud de ir contando sin querer, se da en las personas con círculos sociales muy amplios. Muchos propician que la gente hable de su vida, o incluso se debe a la misma cultura familiar que crece opinando de la vida de todos y que no es tan sano, así como la misma dinámica de sus amigos”.
Por eso la recomendación de la profesional es a asumir los problemas con madurez. “El adulto necesita resolver sus propios problemas, sin necesidad de cargárselos a otros, y quienes no lo hacen es porque tiene que ver con inseguridad y con las características de la familia. Por eso buscar momentos y personas adecuadas es lo más acertado”, enfatizó Becerra.
La razón: la cantidad de información puede embotarlo; además, no encontrará personas neutrales y se desviará a la hora de tomar decisiones.
LISTA
¿Cómo ser asertivos precisamente para no equivocarnos a la hora de dar un consejo?
Quizá usted esté preguntándose cómo darle un consejo a alguien que lo necesita, si no se lo está pidiendo pero usted siente la necesidad de direccionarlo. Lo importante es no caer en la cantaleta, el mismo discurso y mucho menos aburrirlo.
Estos son los errores que no debe cometer, según expuso la profesional consultada:
1
Es bueno decirle a esa persona frases como “tú harías esto porque es tu vida, otros lo harán diferente, dependiendo de la vida que llevan”. Así evidenciamos que no todos podemos pensar igual ni actuar igual.
2
Otro error es dejar de ser objetivos, escuchar solo la versión de una parte cuando el problema involucra a dos o más. Por lo general se suele tomar partido. Lo ideal sería ayudarle a la persona a reconocer los errores cometidos, los errores que cometieron los otros, cómo manejar la situación sin tomar partido personal sino teniendo claro el bienestar de todos.
3
Un error muy frecuente es caer en el chisme que va acompañado de morbo muchas veces. Algunas personas tratan de violar la intimidad del otro, saber el detalle, qué le dijo, cómo se lo dijo. La recomendación es dejar que la persona exprese lo que quiera compartir. Si no lo comenta, es porque quizá no esté listo para compartirlo.
LA VOZ DEL EXPERTO
Ana Juliana Becerra
Psicóloga
¿Cómo hacer si a la persona le incomoda, le irrita, le molesta que cada vez quieran hablar sobre su vida, sobre su problemática? ¿Cómo decirle al otro que no quiere consejos, sino actuar por su propia cuenta?
Uno puede comentar que ya se encuentra en manos de un profesional, que muchas gracias, que agradece el comentario pero que lo está manejando de una manera más íntima, en el caso de que sepan de alguna situación particular por la que se atraviesa.
Por lo general suelen ser las mamás las que más dan consejos, por eso es bueno darles la tranquilidad, comentándoles que se ha abordado el tema con un profesional. Con el resto de las personas, es la mejor forma de darles un “pare” si se están pasando de la raya, y no dejarlas que asuman nuestras propias decisiones.
Dar consejos resulta muy fácil para algunas personas, muchas veces se quieren convertir en terapeutas de sus amigos, de sus familiares, de sus compañeros de trabajo y hasta de sus vecinos. Pero no todos están en capacidad de direccionar a otros. Lo mejor es no involucrarse si el otro no quiere.
Credito
PAOLA BERNAL LEÓN
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