La tragedia inició hacia las 7 de la mañana aquel ‘septiembre negro’, cuando un grupo de 20 bandoleros violaron a las mujeres y a las niñas, mientras que los hombres fueron amarrados con rejos y asesinados a filo de machete y garrote.
Según rememora Víctor Prado (Vipradel) en su libro ‘Bandoleros, historias no contadas’, y quien arribó a la zona con el entonces comandante del Batallón Colombia, coronel José Joaquín Matallana Bermúdez, la escena era tenebrosa. Los cadáveres estaban regados por todo el patio de la casa y en el fogón de la estufa de leña se encontraban seis niños completamente carbonizados.
Laureano Gómez Ríos, uno de los sobrevivientes de la masacre y quien observó todo desde su escondite sin poder hacer nada, le contó al periodista que cuando estaba amaneciendo llegó ‘Sangrenegra’ y en ese instante un campesino intentó huir pero fue alcanzado por un disparo, esto alertó a la comunidad, algunos lograron esconderse y los más desafortunados murieron por sus manos.
“Empezó a matar primero a los hombres, quienes luego de ser amarrados fueron torturados, unos murieron descabezados y a otros les hacían el corte de franela (corte a la altura del cuello). Por su parte, los niños eran lanzados al aire y cuando caían eran recibidos con la punta del machete, mientras agonizaban fueron quemados en una hornilla”.
Cinco décadas después
Narra Vipradel, que cuando llegó a la vereda Totarito, junto con el Ejército, sintió un poco de miedo al ver el panorama desgarrador: cuerpos por toda parte, el olor a sangre inundaba el ambiente.
“Bajamos del helicóptero antes de las 5 de la tarde, la casa estaba completamente revolcada, algunos campesinos tras la orden del coronel Matallana, comenzaron a juntar los cadáveres. Unos cuerpos fueron envueltos con hojas de palma, por otro lado, algunos labriegos preparaban las mulas para sacarlos”.
“El helicóptero solo pudo estar 15 minutos, pues el clima no permitía operar normalmente y logré entrevistar a Laureano y a otros sobrevivientes; esto porque tuve que quedarme en la zona hasta el otro día que me pudieron recoger.
“Esa noche dormí en la finca El Topacio, prendieron unas lámparas de gasolina, prepararon la comida para la tropa. Al otro día las mulas con los cuerpos al lomo bajaron hasta la vereda El Núcleo, donde fueron subidos en la volqueta que conducía Jesús Ávila y de allí hasta Santa Isabel.
“Con Laureano nos encontramos hace tres años, un año antes de que lo mataran en un café de Anzoátegui, volvimos a recordar ese cruel momento cuando asesinaron a su padre frente a sus ojos; la violencia en ese momento era cruda”, dijo Víctor Prado.
Como anécdota, este periodista tolimense, quien cubrió la mayoría de masacres en el Tolima, recuerda que cuando el coronel Matallana se subió al helicóptero, juró: “Cuando mate a ‘Sangrenegra’, aquí en La Ermita vengo a enterrarlo”.Ocho meses después, el Primero de mayo de 1964, Matallana llevó el cadáver de ‘Sangrenegra’, luego de ser abatido por el Ejército en El Cairo (Valle del Cauca); el cuerpo fue llevado por los campesinos y enterrado en la finca como lo prometió Matallana; luego, rodaron una roca y la pusieron de lápida.
Dato
Hacia las 6 de la mañana de hoy, se efectuará una misa en la iglesia Santa Isabel de Hungría, en homenaje póstumo a las 30 víctimas de Totarito.
Dato
Jacinto Cruz Usma alias ‘Sangrenegra’, fue un bandolero Liberal, quien azotó el Norte del Tolima durante la década del 50, este hombre nació en El Bosque (Santa Isabel), ahora jurisdicción de Murillo.
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