Los andenes de la plaza de la 21 y sus alrededores fueron lavados por la Administración municipal con el apoyo de los bomberos. La medida llegó a ser aplaudida por los directamente beneficiados y demás ibaguereños, sin embargo, algunos vendedores de este punto de abastecimiento la consideraron “pañitos de agua tibia” por los diferentes problemas que hay en la zona.

Abandono

El deterioro de las paredes, pisos, redes de alcantarillado entre otros elementos del centro de basto campesino de la 21, se incrementa con el tiempo por el paso de los años y la falta de mantenimiento.

Por lo que algunos comerciantes consideran que ir a mercar no es atractivo para los clientes y menos para los turistas, pues sienten más bien desconfianza.

Desde su autogestión consiguieron el apoyo de una universidad para que les ayude con la mano de obra a embellecer las paredes con unos murales que representen al campesinado y sus labores, pero desde Infibagué les manifestaron que no contaban con los recursos para los materiales.

Por otra parte, el agua es otro dolor de cabeza, la obsolescencia del alcantarillado, la falta de garantías en el suministro de agua, implica que los vendedores de productos cárnicos y mariscos que son los más perjudicados hagan un mayor esfuerzo para asegurar una buena higiene en sus productos. ya que cada que intentan hablar con el Ibal quedan en ‘visto’.

Así pues, Luis Mora considera que la Administración no está haciendo lo suficiente por respaldarlos, “es terrible el descuido porque tienden a desaparecer nuestras plazas y son una fuente de empleo muy importante para la ciudad y el departamento” sostuvo Mora.

Quien, durante años ha laborado en este espacio y ha visto como la venta campesina es el sustento de miles de familias donde la mayoría están desamparadas, son de la tercera edad, tienen alguna discapacidad y demás complicaciones, que no se respalda ni siquiera desde el factor económico.

Para adjudicar los puestos y vender de manera organizada deben pagar desde $1 millón en adelante, lo que ocasiona que algunos recurran a vender de manera informal.

“En la época de Jaramillo quedó una inversión de $500 millones que a la fecha nadie nos da razón de esa plata, se desapareció, nadie nos dice en qué la invirtieron, la Gestora Urbana que estaba al frente del tema tampoco da razón 

Y ahora último dice el gerente de Infibagué Felipe la Rota que hay $800 millones para las plazas lo cual me parece muy poco, pero tampoco nos han confirmado que esas inversiones sean ciertas” relató Mora.

Seguridad

Para muchos la seguridad ha mejorado, especialmente para los compradores, pues, los temas de hurto de celular, carteras han disminuido por lo que los vendedores agradecen el acompañamiento que les brinda la policía tanto en la 21 como en las otras plazas.

Aunque, desde el 2018 están a la espera de una respuesta y solución frente a unas rejas que se perdieron y le facilitan a los ladrones llevarse los productos y enseres que tienen en los locales.

Le han pedido respuesta a Infibagué al igual que a la Procuraduría pero hay un silencio sepulcral que los perjudica y en los que se pudieron perder $10 millones que es en lo que se estima que estaba avaluada el elemento de seguridad. 

Después de limpiarse las calles, la basura empezó a retornar por lo que desde la plaza y algunos ibaguereños que transitan con frecuencia por la zona hacen un llamado a la cultura ciudadana.  

DATO: 30 mil personas trabajan en las plazas de mercado de Ibagué

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