Gobierno le dijo adiós a los uniformados

AFP - EL NUEVO DÍA
Los ataúdes cubiertos por la bandera nacional, fotografías de los cuatro uniformados y cientos de flores enaltecieron la valentía de quienes soportaron por años las cadenas del secuestro.

La tristeza e indignación se tomó la Plaza de Bolívar de Bogotá en la mañana de ayer; cientos de militares y policías rindieron honores a los cuatro uniformados que permanecieron hasta por 13 años secuestrados y que ayer sin vida fueron trasladados en féretros a la Catedral Primada de Bogotá para las honras fúnebres.

La Plaza se vistió de luto; se levantaron las banderas del Capitolio Nacional, la Alcaldía Mayor y del Palacio de Justicia; un desfile militar acompañó a los cuerpos de los sargentos Libio José Martínez y Álvaro Moreno; y de los mayores Elkin Hernández Rivas y el coronel Édgar Yesid Duarte, hasta la Catedral Primada, lugar donde familiares, amigos, funcionarios públicos y medios de comunicación esperaban el inicio de la eucaristía.


Los ataúdes cubiertos por la bandera nacional, fotografías de los cuatro uniformados, víctimas de las Farc, y cientos de flores enaltecieron la valentía de quienes soportaron por años las cadenas del secuestro.


Durante el sepelio estuvieron presentes personajes que hicieron historia por ser los rostros de la lucha por la libertad, doña Emperatriz de Guevara, madre de Julián Ernesto Guevara quien murió en cautiverio.


También los exsecuestrados John Frank Pinchao, quien huyó consiguiendo la libertad; Clara Rojas, exsecuestrada liberada; Sigifredo López, único diputado sobreviviente del secuestro en el que fueron asesinados otros asambleístas del Valle y Consuelo González de Perdomo, exsecuestrada, entre otros se hicieron presentes.


Y el rostro más reciente que hoy vive la tragedia del asesinato de su padre Libio José Martínez, es Johan Stiven, quien fue por muchos años la esperanza de los secuestrados y sus familiares y que pese a la pérdida de su papá envió un mensaje de fortaleza a quienes continúan en la selva.


Al salir de la Catedral, Johan Stiven agradeció al país por la solidaridad, “gracias Colombia por haber orado durante estos 13 años, esos 11 meses y cinco días conmigo, por el regreso de mi padre, que lastimosamente no fue como nosotros esperábamos, pero yo sé que desde donde esté me va a poyar y me va a mandar toda su bendición, les gradezco Colombia por este apoyo”.


Por su parte, Viviana Duarte, hija del secuestrado asesinado Édgar Yesid Duarte, manifestó que este es un problema de todo Colombia “somos un sólo país y todos tenemos que seguir luchando por los secuestrados que quedan”.


Agregó que “las cosas fueron muy injustas, yo vine a pedir la libertad de mi papá y me entregan un cadáver. Las Farc los asesinó y no les importó lo que nosotros sintiéramos, las Farc son terroristas, asesinos, lo siento y no le deseo esto a nadie”.


FARC CULPA AL GOBIERNO DE FRUSTRAR
LA ENTREGA DE LOS REHENES
Las FARC emitieron un comunicado en donde acusó al Gobierno de ser el responsable del asesinato de los cuatro uniformados, muertos en cautiverio, al haber frustrado un plan de “liberación unilateral”.

“Denunciamos ante la opinión nacional y mundial que tal hecho obedeció al afán del presidente (Juan Manuel) Santos y el alto mando militar por impedir su inminente liberación unilateral”, afirmó el secretariado de las FARC.


Según la publicación, la decisión de liberar rehenes, cuyo número no especificó, había sido “aprobada” antes de que el líder máximo de esa guerrilla, alias ‘Alfonso Cano’, fuera dado de baja por el Ejército, el pasado 4 de noviembre.


“La muerte en combate del camarada Alfonso Cano no podía frustrar nuestro propósito de propiciar la concreción de un acuerdo de canje de prisioneros de guerra, tal como él lo concebía”, agregó el comunicado fechado el 28 de noviembre.

Según las FARC, el Gobierno se enteró del propósito de liberar a los rehenes al incautar los computadores de ‘Cano’. “Es evidente que tras hacerse de la información, el Gobierno nacional y el alto mando militar tomaron la determinación de frustrar la gestión humanitaria y sus posibles efectos”.

Los guerrilleros aseguraron que la exsenadora Piedad Córdoba, que medió en otras liberaciones, puede dar fe de esa intención, que respondió a una petición que en ese sentido ella misma había formulado a las FARC en agosto pasado.


“Catorce años no fueron suficientes para que la oligarquía colombiana se condoliera un instante por la suerte de sus soldados y policías que entregan su vida, su dignidad o su libertad por defenderles sus inmensas fortunas”, agregó el comunicado del Secretariado de las FARC, que se conoció el mismo día en que se cumplieron los funerales de los cuatro uniformados.

Credito
COLPRENSA

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