En la República de Irlanda y la región británica de Irlanda del Norte, donde el pasado lunes murieron tres personas en accidentes relacionados con los fuertes vientos, los colegios permanecieron ayer cerrados mientras continúan las labores para apartar árboles caídos de carreteras y se trabaja para restablecer el fluido eléctrico.
A pesar de que las peores condiciones meteorológicas ya han pasado, el departamento de Educación de Irlanda del Norte justificó el cierre de las escuelas porque aún existen “riesgos en los desplazamientos” de los autobuses escolares y problemas de suministro eléctrico en algunos centros.
Cerca de 20.000 hogares permanecen además sin agua corriente en Irlanda, donde las autoridades calculan que los suministros básicos no se recuperarán por completo hasta dentro de algunos días.
Las alertas meteorológicas se levantaron ayer en el Reino Unido después de que Ofelia causara problemas en Gales, donde 2.000 hogares siguen sin luz, y en Escocia, con otros 1.000 sin corriente.
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