TERRITORIO ATRASADO PERO CULTO

Alberto Bejarano Ávila

Todo lo bueno que sucede en el Tolima siempre será excepción mientras no dobleguemos los funestos índices socioeconómicos y el deterioro en la convivencia social que diariamente vemos y sufrimos en la ciudad y el campo, una creciente y patente realidad definible con un vocablo: atraso. Así parezca, el futuro tolimense no está siendo pensado sistemática, sólida y totalmente, pues no existe una intelectualidad comprometida u orgánica trabajando en equipo para trazar los derroteros de su desarrollo y ello enreda, pues la excesiva casuística aireada en medios y auditorios sugiere una prolija dinámica intelectual que, aunque docta, no es pertinente y ello puede incubar la dura ironía de que el nuestro acabe siendo territorio atrasado pero culto o muy rico con una población cada vez más pobre, porque la inteligencia estéril juzga,, eso creo, que el enfoque alternativo de región es porfía provinciana y utópica.
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Grosso modo digo que no es lo mismo que en el Tolima haya inversión a que los tolimenses seamos ricos y por tanto el objetivo del desarrollo no es crear empresas con la excusa moral de generar empleo. Por ello las coordenadas del futuro tolimense deben trazarse desde una perspectiva humanista o antropocéntrica para que el objetivo del desarrollo sea el bienestar colectivo; la inclusión social real o la participación de todo tolimense en el goce de la riqueza lograda; una alta tasa de empleo y ocupación digna y productiva que se logra construyendo una región de dueños (democracia económica); la sana convivencia ciudadana y el bien vivir en general. Se inferirá que la médula del desarrollo es política (no politiquera) y no técnica, pero como el Tolima no produce ideas para el desarrollo (el talento estéril) entonces el vacío de prospectiva se llena con técnica acrítica y así es como la politiquería sigue haciendo daño.

Señalo lo anterior porque recién los gestores de la “Visión Tolima” gentilmente me invitaron a conocer “el borrador” de la nueva versión 2050 y allí pude apreciar un interesante trabajo que, a mi juicio, podría ser un buen avance del capítulo económico de una visión totalizante de nuestro futuro que, claro está, supone más capítulos. Como a ese prospecto de visión no lo inspira una ideología política regionalista entonces no incluía temas vitales para el futuro del Tolima, ej.: ahorro público y privado, formación y acumulación de capital, redistribución del ingreso, mercado de capital, defensa, innovación y solidez de las empresas de servicios públicos, cultura asociativa y fomento cooperativo para el emprendimiento incluyente, etc.

Sugiero a los gestores de la Visión Tolima 2050 que su esfuerzo esté contenido en un manual con muchos capítulos o que sea un algoritmo para construir región basado en más variables: territorio; sociedad (sociología); economía (región de dueños); política (ideas y gobernanza) y. claro está, materias en sincronía que aquí llamaría trasversales: investigación, educación, tecnología, innovación, competitividad. El desarrollo es cuestión de identidad y alta política.

 

 

¡Hagamos región y apoyemos lo nuestro! 

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ALBERTO BEJARANO

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