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Reitero la cita de un anterior artículo “Es más fácil matar a un fantasma que a una realidad” (V. Wolf) y, para el examen en cuestión, la realidad es el Tolima premoderno y detenido en el tiempo y, el fantasma, esa longeva politiquería mesiánica. Creyendo que la inicua realidad y el fantasma que la paraliza pueden eliminarse si reconocemos sus causas, en palabras de R.W. Emerson intentaré proponer cómo desvelar esas causas: “La mente se ve impulsada a buscar la causa única de muchos efectos; luego la causa de aquella causa, y otra vez la causa de esa causa, profundizando cada vez más, segura de que llegará a la causa absoluta… a la causa que será de todas las causas”. Así es como podría cambiarse la estructura y el método analítico de quienes realmente desean un mejor futuro para el Tolima y recurren a diálogos inteligentes, pertinentes y concluyentes sobre cómo construir ese futuro.
Amplío el enfoque diciendo que desempleo; pobrezas; miseria; inseguridad; emigración del talento por falta de oportunidad; corrupción; exclusión; desesperanza; deterioro ambiental; raquitismo empresarial; desigualdad; politiquería, son problemas imposibles de remediar con “pañitos de agua tibia” o con anodino y fastidioso blablablá “pantallero”, sino revelando el porqué, en el contexto histórico-territorial tolimense, tales problemas se convirtieron en pandemia e indagando sus causas más profundas para trazar y acordar una consistente hoja de ruta programática y estratégica y las corresponsabilidades sectoriales para solucionarlos.
En la parodia política, el desempleo demuestra cómo un problema aviva oportunismo, pues, con retórica vacía, prometen lo de siempre: planes de choque, inversión externa, bolsas de empleo. Ejemplo causal del desempleo es la falta de puestos de trabajo; de estos la escasez de empresas; de estas la falta de iniciativas; de estas la falta de emprendedores; de estos el coloniaje mental; de este la falta de un modelo de desarrollo endógeno para el Tolima y de liderato idóneo para construirlo; de estos la falta de identidad (“causa de todas las causas”). Empleo habrá si renace la identidad y el carácter tolimense y nunca con refritos y sandeces.
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