¿Cosmética o transformación de Ibagué? (II)

Alberto Bejarano Ávila

Ibagué, municipio capital del Tolima, debe ser el primero en aliviar la miopía que imposibilita el análisis antropológico, sociológico e histórico para ensanchar la perspectiva del desarrollo auto gestionado e incluyente.
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Como ejemplo del desinterés para hacer estas lecturas señaló, como simple extrapolación empírica, que cerca del 35% de las personas nacidas en los otros 46 municipios tolimenses residen en Ibagué, peculiaridad sociológica que revela una verdad subyacente y siempre ignorada, eludida o subestimada por los “gobernantes” y, en general, por los llamados actores del desarrollo. Tal verdad revela que el territorio ibaguereño acoge 46 colonias municipales (latentes, pero no formales), invisibles para el Concejo y la alcaldía que no ven en esa verdad una fortaleza para visionar el desarrollo de Ibagué y 46 municipios más, pero sí conciben la “genial idea” de maquillar la imagen de “ciudad musical”. 

Aunque de manera espontánea algunos colectivos originarios de municipios tolimense han fundado sus colonias en Ibagué, la cierto es que jamás conocimos que algún alcalde, concejo municipal u organización social o política entendiera la enorme potencialidad dinamizadora que tal hecho sociológico tiene para Ibagué y el Tolima, pues, de ser así, sin duda ya existirían 46 colonias municipales formales que, patrocinadas y coordinadas por la alcaldía de Ibagué y la gobernación, hoy estarían reviviendo la identidad tolimense e hilando lazos integradores en la cultura, las artes, la industria, el comercio, las finanzas, el deporte, o igual, produciendo una implosión de sinergias sociales, económicas y políticas para generar un desarrollo cierto y sostenible en el hoy empobrecido, abusado y fragmentado territorio tolimense.

Esta mirada a una particularidad sociológica que enlaza a los 47 municipios del Tolima obliga a censurar la actitud absorbente, centralista y “autista”, que a lo largo de la historia ha tenido Ibagué con el resto del territorio tolimense, proceder contrario a la inequívoca y ya expuesta razón que señala como el futuro del municipio capital, Ibagué, está indisolublemente ligado al futuro de toda la región tolimense y viceversa. La sentencia  por ignorar o eludir esta razón vital es la ausencia de futuro promisorio para las municipalidades y la retribución por acatar su lógica es que todo bosquejo estratégico del desarrollo tolimense partiría de la integración municipalista a efectos de construir una novedosa y sistémica arquitectura regionalista que traería prosperidad y riqueza integral, arquitectura sólo viable si parte de la voluntad política encarnada en liderazgos éticos e imbuidos de ideas regionalistas y sentido histórico.

Desde esta breve mirada imagino al gobernador, al alcalde y concejo de Ibagué, a 46 alcaldes y concejos municipales y a miles de líderes sociales, económicos y políticos, prestos a sumar desde la diferencia y no en restar desde el interés particular y ello podría iniciar con un foro regional permanente” (Gobernador, alcaldes, concejos, sociedad civil) para acordar la visión del futuro y los ejes de alto valor estratégico para edificar ese futuro. Señores concejales, el esfuerzo para pensar la cosmética o pensar en grande es el mismo ¿por qué no el segundo?  

 

Alberto Bejarano Ávila

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