Que la sensatez y la responsabilidad social nos acompañen

Carmen Inés Cruz Betancourt

CarmenInés Cruz
Así como existen pruebas de inteligencia, también debería haber pruebas de responsabilidad social, acaso tanto o más importantes de desarrollar. Pero, temo que si se aplicaran, las perderíamos con muy baja nota. Es tan precario nuestro sentido de responsabilidad social, que no de otro modo se explica que en este país, dotado con inmensas riquezas que podrían ofrecer una vida digna para todos, se haya acumulado tanta pobreza, inequidad, violencia, corrupción y otros males, que no solo son muy graves sino que se profundizan cada día.
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Ello es así a pesar de que sabemos muy bien que tan deplorables resultados son consecuencia de elegir malos gobernantes, una y otra vez. Son ellos, personajes que se han  enquistado en el poder y hacen parte de clanes politiqueros comprometidos solo con su enriquecimiento y el de sus aliados, sin importar la miseria creciente que sufre una gran mayoría de la población y las devastadoras consecuencias que se derivan.

Resulta difícil entender que la dolorosa experiencia vivida por tantas décadas como resultado de la corrupción y la politiquería no haya servido para que, actuando  con sensatez, emprendamos la urgente tarea de relevar esos clanes que con falsas promesas han engañado a las comunidades una y otra vez y han conseguido que ciudadanos ingenuos o desinformados les entreguen su voto sin mayor reflexión o inducidos por migajas.  

Es tan inquietante la situación que hoy vive el país, que resulta imperativo que demos muestra de madurez política y de responsabilidad social y que, así como reclamamos derechos, también cumplamos con nuestros deberes ciudadanos. Uno de ellos, y acaso el más importante, es el de elegir bien. Elegir personas honestas e idóneas para que gobiernen, para que manejen con extrema pulcritud los recursos que aportamos los ciudadanos a través de los impuestos que pagamos y para que, en beneficio de todos, optimicen los cuantiosos recursos con que cuenta el país.

Quienes lideran y conforman esos clanes politiqueros que tanto daño han hecho son ampliamente reconocidos, así como las falsas promesas que repiten y nunca cumplen. No es difícil identificarlos para descartarlos a ellos y a los candidatos que con apariencia de renovación presentan como fachada amable para engañar incautos y a través de ellos encubrir sus pillerías para evitar que la justicia actúe y continuar profundizando la corrupción.

Es tiempo entonces de reconocer que nos ha faltado lucidez y responsabilidad social, lo que significa pensar en las consecuencias de nuestros actos en nuestras vidas y en las de los demás. Si toda persona sensata aspira a una vida digna, a oportunidades para sí, su familia y sus descendientes, y prefiere que el país avance y no se hunda en la violencia y la miseria, debe utilizar bien su voto. Es nuestro deber recapacitar y decirnos: BASTA YA. Es el momento de relevar a esa clase politiquera y votar por gente honesta y genuinamente comprometida con la región y con el desarrollo de sus comunidades, que trabajen con denuedo para asegurar una vida digna para todos. 

Que el domingo 29 de octubre, cuando se realizan las elecciones territoriales sea la fecha en que, en un ambiente de armonía, cumplamos con esa responsabilidad ineludible que nos otorga la democracia y optemos por aprovechar la gran oportunidad que tenemos de elegir bien en todos los escenarios puestos a consideración: Gobernación, Asamblea, Alcaldías, Concejos Municipales y Juntas Administradoras locales-JAL.

CARMEN INÉS CRUZ

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